Cultivo de flores, sin tierra, con abono orgánico en una mezcla de lluvia sólida, es una nueva propuesta de agroproductores para que campesinos tengan alternativas de generar ingresos, con poca inversión. Se trata de una alternativa que ya fue puesta en práctica por el grupo de productores orgánicos encabezados Gerardo Rodríguez García, impulsor de esta forma agroecológica de cultivo.
La etapa de prueba, explica Rodríguez, ya fue superada con éxito, con la producción de más de 200 flores, de diferentes variedades, que han crecido sin tierra, pero también sin enfermedades.
Al mostrar decenas de flores cuyas raíces están sumergidas en una sustancia semihúmeda, transparente, de diversos colores, señala que es algo parecido a la hidroponía, pero diferentes. Tampoco se trata de hidrogel.
Es, más bien, explica, un polímero, llamado comercialmente “lluvia sólida”, que se mezcla con el abono orgánico que es elaborado por los agroproductores orgánicos a base de desperdicios de vegetales y otras sustancias. Es decir, la misma sustancia que utilizan para fertilizar sus cultivos de manera natural, sin químicos. Gerardo comenta que el polímero está elaborado con carbono.
Un kilo de esta sustancia, mezclado con el abono orgánico y algo de agua sirve para obtener 20 cubetas de 20 litros de mezcla. Ésta se deposita en recipientes pequeños, que pueden ser desde vasos hasta macetas de vidrio, en donde se depositan las flores.
No necesitan más que unos 100 mililitros de agua al mes, para crecer, sin enfermedades, porque la mezcla aporta catorce minerales.
Señala que es un método de producción más barato que sembrar en tierra. Además, se puede hacer en cualquier espacio. Por ejemplo, en una habitación. Así, no se requiere la construcción de un invernadero, que significa una inversión importante para los campesinos.
Es, enfatiza, una alternativa para que pequeños productores, sin recursos, puedan producir; en este caso, dice que puede ser utilizada por los productores de nochebuena, para obtener la planta más económica.
Además, al cliente se le vende la planta viva, con la sustancia y puede durar mucho tiempo, en buenas condiciones. Por lo pronto, él ya ha comenzado a comercializar algunas de sus 200 plantas y espera que la producción crezca aún más.
