Los más de 350 kilómetros de costas, bañadas por las aguas del Golfo de México dan sustento a unas 20 mil familias yucatecas que viven y dependen de lo que el mar les pueda aportar y sostienen actividades vitales para la economía como el caso de la pesca y la actividad turística y ecoturística.
El mar en esta zona del sureste mexicano da sustento a habitantes de por lo menos 20 municipios, así como a decenas de comunidades y comisarias que viven cerca o en las inmediaciones de las cabeceras municipales costeras.
El comisionado estatal de Pesca, Delfín Quesada Domínguez, expuso que, por su naturaleza, la mayoría de los pobladores se dedican a la pesca, principalmente a la captura de especies de escama entre las que destaca el mero por su alto valor comercial y otras como el pulpo y langosta.
Asimismo, existe el creciente desarrollo de proyectos ecoturísticos, y una población que labora en actividades relacionadas con el comercio y servicios que demanda tanto la propia actividad pesquera, como el turismo.
Incluso, algunos municipios costeros como Celestún, Telchac Puerto y Progreso ya operan una infraestructura turística importante, sin quedar atrás el uso de conchas, arena y otros productos del mar para la elaboración de artesanías.
Sin embargo, Quesada Domínguez reiteró que la pesca es la principal actividad económica en municipios del litoral del estado omo Progreso, Celestún, Dzilam de Bravo, Río Lagartos, Sisal, San Felipe, Dzilam de Bravo y “El Cuyo”.
Para la gente que vive del mar, la vida empieza desde antes que salgan los primeros rayos del sol, saben que deben levantarse muy temprano, pero desconocen a qué hora regresarán de sus labores dentro o junto a éste. Entre las actividades externas se encuentra el avituallamiento marítimo, en especial el de la flota mayor que se ubica en el Puerto de Abrigo de Yucalpetén.
En el marco del Día Internacional de la Gente del Mar, Notimex realizó un recorrido por ese atracadero y al cuestionarle a la gente pocos se dijeron enterados de la conmemoración.
otros se mostraron entusiastas al saber que hay un día para recordar a la gente del mar como el caso de Gabriel quien tiene más de 30 años avituallando barcos, un trabajo del que se dijo orgulloso y agradecido.
En entrevista, el trabajador, como gente del mar, refirió que sale de su casa muy temprano, trabaja todos los días si es necesario, pues en esta actividad no existe descanso como sábado o domingo, ni días festivos, “se descansa cuando se puede”.
“Yo salgo a las tres o a las dos, a la hora que tenga que venir vengo, que si necesitan hielo los barcos, que hay que ayudar a cargar, lo que sea, lo que necesiten yo vengo, venimos todos”, comentó.
El mar también ha sido bondadoso con Julio César Chalé Chablé, uno de los pescadores más conocidos en la comisaría de Chelem, del puerto de Progreso y a quien la comunidad pesquera lo identifica como “El Kabax” ( frijol negro en español).
“Yo nací pescador y no tengo hora para trabajar, duermo un rato, desde muy temprano hay que salir a la pesca, porque si no pesco no hay comida, no como yo, no come mi familia”, declaró.
Añadió que su abuelo y su padre también fueron pescadores y desde los años 60 ha sacado del mar todo lo necesario e incluso para pagarle carreras universitarias a tres hijos, “en la pesca ya no hay mucho para ganar”, y de hecho comentó que a sus hijos ya no les gusta tanto que siga pescando, pues recientemente tuvo un accidente en altamar, uno que casi le cuesta la vida.
“Me chocaron mi lancha nueva, la partieron a la mitad, fue un accidente, terminé golpeado y tuve que regresar nadando unos siete kilómetros a la playa, estuvo gacho”, agregó, aunque para él, y sus compañeros pescadores que se sumaron a la plática, “el mar lo es todo. él nos lo da todo”.
NTX
