El robot zapoteca que siembra maíz

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Desde una aplicación en su celular, Dalí y Angello manipulan a varios metros de distancia al robot zapoteca Biidxi Cubi, que significa semilla nueva; pero no es cualquier autómata, es el primer “campesino” que se crea en Oaxaca, un robot sembrador de maíz nativo, el xuba’ huiini’ (zapalote chico).

El prototipo es creación de Dalí López López y Angello Ignacio Hernández, estudiantes del octavo semestre de la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales del Instituto de Estudios Superiores del Istmo de Tehuantepec (IESIT), en Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

Lo diseñaron como alternativa tecnológica a bajo costo para el campo y fue fabricado hace seis meses, para lo cual utilizaron material reciclado como el gabinete de una computadora obsoleta que se convirtió en el caparazón del robot.

Los motores los consiguieron de carros de juguetes eléctricos en desuso, la batería, de recarga solar, es de una bicicleta, además de anexar a la estructura parte de una vieja puerta de madera y una botella PET, en donde se colocan los granos de maíz. Los estudiantes controlan los movimientos del robot de dos formas. La primera es a través de un control remoto, como los que utilizan los drones y que tiene un alcance de un kilómetro.

“Algunos campesinos ancianos, que no pueden movilizarse o presentan alguna dificultad para trabajar con el pesado arado, desde un punto, sentados o parados, pueden manipular el robot hasta un kilómetro y éste hará el trabajo de colocar la semilla en la tierra”, explica Dalí.

La segunda forma de manipular al autómata es a través de un dispositivo bluetooth, cuyas órdenes de trabajo se envían desde una aplicación móvil instalada en cualquier celular con sistema operativo Android.

La propuesta nació a raíz de analizar la problemática en el campo en la región, el cual está abandonado por la falta de apoyo económico y de infraestructura tecnológica.

Los jóvenes están mejorando el prototipo para que pueden abarcar mayor terreno y que el robot pueda adaptarse a todo tipo de superficie, ahorrando tiempo, esfuerzo y dinero al campesino, además de darle un buen rendimiento.

Con rap, defienden cultivos. Otro grupo de jóvenes, pero músicos raperos bilingües , también hacen su aporte al rescate del campo y al zapalote chico, una de las 59 razas de maíz nativo que existe en México de las 346 que se considera hay en el mundo.

Pa gasti’ xuba’ , gasti’ guidxi. Gueta. Gueta guu. Gueta bi’ngui’. Gueta zuquii. Gueta xuba’ cubi. Bupu. Nisiaaba’ ne gueta biguii. Guirá’ ni raca xuba’rarí’. Xuba’ nga guenda nabani./ Si no hay maíz, no hay país. Tortilla. Tamal. Tamal de camarón. Tortilla de horno. Tortilla de maíz nuevo. Espuma. Atole y totopo. Todo lo que el maíz produce aquí. El maíz es la vida”, es un fragmento de la canción en zapoteco, que interpreta el grupo de rap Badu Bazendu.

Estos raperos fueron invitados a sumarse a la campaña nacional que protesta contra la introducción del maíz transgénico. La pieza de rap bilingüe habla de las bondades que tiene el maíz nativo que producen y consumen los zapotecas en Tehuantepec.

Para el ingeniero agrónomo Alejandro Nuricumbo Linares, el maíz nativo zapalote chico está clasificado dentro de las “razas prehistóricas”. Enumera que entre sus características está ser un material muy precoz (85 días).

“Posee un porte bajo de planta, conformado por mazorcas cortas, gruesas y cilíndricas, con un ligero adelgazamiento cerca del ápice, con un diámetro de 44 a 49 mm de mazorca, 29 a 34 mm de olote y de 10 a 13 mm de longitud del grano”, explica.

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