Crean un rancho de pepino de mar

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MÉRIDA, Yuc.- Yucatán se consolida como punta de lanza de una tecnología muy particular que permitirá repoblar el pepino de mar, se trata de una estrategia que podrá ser compartida al gobierno de México e incluso a Latinoamérica, y es que en la entidad se desarrolla un rancho marino para “engorda” de equinodermos.

El proyecto inicia con un cultivo intensivo para reducir a la mitad el tiempo de producción de esa especie marina, muy cotizada en Asia.

Ya han comenzado las pruebas. Con todos los permisos estatales y federales, en unas semanas se aumentará el número de “jaulas marinas” que contienen las semillas de la especie Isostichopus badionotus (conocida como pepino de mar café). El objetivo es lograr una producción comercial de más de mil toneladas.

Se pretende crear el laboratorio más grande de Latonoamérica de esta especie, así como empacar y distribuir desde México al mundo, lo cual permitiría crear más empleos.

Jia Chi Jin, presidente de la Junta Directiva de Grupos Agua Marina Golfo de México S. A. de C.V. (GMG), y Luke Ye, el traductor del equipo, revelaron en entrevista que realizan un trabajo en el que cuentan con el apoyo de los pescadores de las cooperativas cercanas a la zona en la cual se ubica el laboratorio de la empresa, los cuales han comenzado a tomar conciencia de la importancia de conservación de esta especie.

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Explicaron que los objetivos del ambicioso proyecto son similares a los que se maneja en China, su país de origen: lograr que su inversión obtenga más apoyo y financiamiento del gobierno, con el objetivo de que las semillas del equinodermo (en etapa juvenil) sean devueltos al mar, en una zona específica, para continuar su desarrollo, en donde podrán ser recolectados una vez que alcance la etapa comercial.

Con el proyecto que impulsan, lograr la repoblación de la especie –consideran- puede ser de dos maneras: que las especies se desarrollen en las jaulas y cuando alcancen el número de 800 a mil se separen para colocarlas en otras, o crear ranchos marinos, es decir, tener una zona dentro del mar en la cual puedan liberar la semilla para que siga creciendo.

Precisaron que el proyecto ha superado varias pruebas y ya están en la etapa de generación de semillas, las cuales en un lapso de 10 meses estarán en el momento adecuado para comenzar su desarrollo fuera del laboratorio, en el ambiente marino natural, donde prevén que al cumplir tres años tengan la talla adecuada para su aprovechamiento.

La mejor

La especie Isostichopus badionotus es la que les interesa, ya que los estudios de laboratorio demostraron que es de la mejor para sus clientes, como alimento e incluso por su potencial como vitamina, ellos tienen amigos que consumen desde hace 10 años esta especie y señalan que es muy raro que se enfermen, sienten que su organismo se fortalece; además, aunque no se ejercitan, se ven 10 años más jóvenes que otras personas de su edad que hacen ejercicio.

Chi Jin y Ye señalaron que el equipo de trabajo comprende a 17 personas, nueve están en los laboratorios ubicados entre Santa Clara y Dzilam de Bravo, y ocho en las oficinas en Mérida, que se encargan de lo administrativo y la alimentación. Todos son mexicanos, algunos de origen y en el caso de ellos, ya naturalizados; dos de sus biólogos son expertos con más de 20 años en el estudio del pepino de mar.

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¿Cómo los alimentan?

Desde que el pepino está en la etapa de fertilización, en el laboratorio se encargan de vigilar y procurar los nutrientes que deben consumir, de acuerdo con sus fases de desarrollo.

Cuando las crías de esta especie tienen 25 días apenas son perceptibles a la vista, a los 35 su desarrollo ya es algo notorio, su alimento se desarrolla en el laboratorio, incluso se utilizan las algas que llegan a la costa.

El año pasado la producción de semilla se perdió a causa de la marea roja, por lo cual han comenzado a estudiar alternativas para obtener agua limpia ante ese tipo de emergencias.

Requieren más muestras

Los investigadores de GMG buscan la obtención de un permiso federal para que puedan hacer una recolecta de 50 a 100 piezas de pepino de mar cada mes, a fin de estudiar cuáles son las condiciones de la especie a los largo del año; ahora tienen muchos “vacíos”, debido a que la autorización sólo se les ha otorgado durante la temporada de captura, pero considerando que sus fines son de investigación, esperan lograr ese aval.

Con el apoyo de pescadores locales, los investigadores colocaron hace unos días una “jaula marina”, la cual se ubica a unos cinco kilómetros de las costa, aproximadamente; la idea es evaluar cómo crece las semillas (juveniles) en su ambiente natural.

La empresa obtiene directamente del mar el agua para sus laboratorios, la cual pasa un proceso de filtración y análisis para determinar su calidad. El año pasado la marea roja mató su producción de semilla, debido a que el pepino requiere agua limpia para su desarrollo.

Sipse

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