Diez estudiantes del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 9 “Juan de Dios Bátiz”, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), construyeron un aerodeslizador que podría ser útil en inundaciones o en campos de cultivo.
El prototipo está construido con una lona y sellada a dos tablas de madera, una de éstas sirve como base para los motores, dirección, hélice de avión a escala; con 170 centímetros de largo y 60 de ancho, el prototipo cuenta con un motor que soporta 80 kilogramos de peso.
Con este vehículo anfibio, los estudiantes aplicaron sus conocimientos en física, mecánica, electricidad y electrónica, además de basarse en el principio de Pascal, mismo que se aplica cuando se requiere levantar objetos pesados con poca fuerza.
¿Cómo lo lograron? Cuando se infla la lona, el aire escapa por una serie de agujeros hechos en la tabla inferior, lo que genera una especie de cojín que permite al prototipo moverse en cualquier superficie horizontal, como podrían ser tierra, agua o zonas lodosas.
El prototipo también tiene direccionalidad a partir de un par de alerones de aluminio controlados con dirección mecánica de transmisión entrecruzada y un volante colocado en la base. Además cuentan con un radiocontrol para aplicar velocidad y aceleración.
El prototipo cuenta con un sensor ultrasónico de distancia que le permite detectar cuando el vehículo se aproxima a un obstáculo. Los estudiantes lo programaron para que encienda un led de color rojo cuando exista el peligro de chocar, además le adhirieron una cuerda con alcance de tres metros como medida de seguridad.
Quienes desarrollaron este móvil fueron Nariat Osbaldo Benítez León, Jorge Caballero Enríquez, Valeria Camacho Reyes, Armando Díaz Elizarrarás, Diego Gallegos Franco, Karla García Rodríguez, Héctor González Salvador, Daniel Luis Barroso, Daniel Ríos Olvera y Ulises Varela Álvarez, bajo la supervisión de los docentes Laura Larios Pérez y Demetrio Cruz Arteaga.
Los politécnicos, consideraron conveniente que se aliente la producción y comercialización de estos artefactos anfibios pero con materiales nacionales y elaborados por técnicos mexicanos porque resultarían más económicos que los importados.
