Árboles naturales, tradición de regiomontanos para celebrar Navidad

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El aroma de la temporada navideña ya se respira en esta ciudad, donde las personas se despliegan por diferentes sitios en busca del artículo principal que decorará sus hogares en esta época: el árbol de Navidad y con él las luces y la tradición mexicana del nacimiento.

En medio del olor a pino, el sonido musical de las luces para los árboles, locales de nacimientos y flores de Nochebuena, familias completas recorren la Feria del Pino, donde los más ilusionados son los pequeños, que están a la espera del 25 de diciembre para recibir sus regalos.

Mientras el estacionamiento luce lleno y en la avenida Morones Prieto, una de las principales de la ciudad, se hace fila de vehículos para ingresar a la feria, otros visitantes buscan a pie los productos que les agraden y, sobre todo, a un precio que les convenga.

En el sitio hay puestos de árboles navideños de diferentes tipos con precios desde los 700 a los mil 300 pesos, listos para el presupuesto de cualquier familia, que luego lo colocará sobre su auto recorriendo toda la ciudad hasta llegar a su hogar.

Desde luego también existen series de luces, nacimientos, moños para los pinos, estrellas, pequeñas piñatas, musgo para la colocación del nacimiento con sus figuras variadas, entre muchas otras cosas para poder adornar las casas.

Arturo Delgadillo Mendoza, propietario de uno de los negocios de árboles, expresó que en el lugar hay 120 puestos, donde se buscan dar precios accesibles a los visitantes.

“Esta Feria de Morones Prieto, aquí al lado del Hospital San José, es una de las de mayor tiempo y tradición porque se consigue de todo. Tenemos en la feria aproximadamente unos 120 negocios entre lo que se encuentran los pinos, Nochebuenas, nacimientos y series de luces”, indicó.

Mencionó que aunque este año, el precio de los árboles se incrementó a causa del alza en el dólar, trataron de que no afectara tanto al consumidor.

“Estamos conscientes todos y lo que hacemos es bajar la utilidad de nosotros para poder tener venta y que la gente se anime a comprar los pinos, sí ha habido respuesta y los costos en todas partes estamos igual, aquí tratamos de dar un precio un poco más económico para que nos visiten”, dijo.

En esta tradicional Feria del Pino, comentó, “no puede faltar la venta de churros con azúcar y rellenos de cajeta e incluso papás, refrescos y además están los puestos que venden elote desgranado que lleva crema, queso, picante al gusto, así como papas de diferentes tipos, que también les ponen el elote”.

Mientras saborean sus alimentos, la gente continúa con su paso y en el estacionamiento sigue la entrada y salida de vehículos, que en sus toldos llevan los árboles navideños.

“Tenemos tres clases de pinos que son el Douglas, que es de los más aromáticos; el Noble, que es aromático y dura más tiempo verde, así como el Normans, que es uno de los de mejor calidad, ya que no se deshidrata fácilmente. Manejamos desde metro y medio hasta cuatro o cinco metros de altura”, explicó.

“Aquí vendemos alrededor de unos 800 pinos por temporada. En esto he estado prácticamente toda mi vida, porque mi papá fue uno de los pioneros de esta feria desde 1945, así es que para mí ya es tradición”, añadió.

Así, el ambiente navideño ya impera en Nuevo León y la gente busca en las ferias de pinos adquirir sus artículos y prepararse para el 25 de diciembre y Año Nuevo.

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