Mujeres indígenas resguardan y mejoran maíces criollos

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Chiapas.- La participación de las mujeres indígenas en el cultivo, transformación, así como en la selección de semillas de maíz criollo, es una práctica ancestral en los Altos de Chiapas que ha permanecido invisible, porque muchos consideran que la agricultura es una actividad exclusiva de los hombres, señaló la FAO.

En la localidad de Las Manzanas, municipio de Tenejapa, Chiapas, 31 mujeres han trabajado desde hace casi 14 años para conservar la riqueza biológica del maíz.

“¿Quién selecciona la semilla? ¿Quién siembra la milpa? ¿Quién cosecha?; dicen que solo los hombres, pero gracias a Dios con la experiencia que hemos tenido trabajando durante estos años, también las mujeres podemos decir que hoy nosotras seleccionamos las semillas, tenemos alimento y no dependemos de nadie”, afirma Lucía Pérez Luna, Promotora Comunitaria de la Agencia de Desarrollo Rural Milperos AC.

El proceso para logar el mejoramiento y resguardo de semilla de maíces criollos por este grupo de mujeres, implicó un proceso largo, resultado de la experimentación con maíces nativos de los Altos de Chiapas, así como muchos años de validación de prácticas sostenibles en parcelas demostrativas.

“En mi comunidad hicimos nuevas prácticas, a veces los experimentos salieron buenos otras veces salieron malos”, expresó Pérez Luna.

Con sus actividades las mujeres Tzeltales han logrado elevar a más del doble la productividad de sus semillas, al pasar de 800 kilos hasta dos mil kilogramos de maíz por hectárea.

Lucía cuenta que del 2003 al 2006 empezaron a trabajar en la siembra el maíz invitadas en la Albarrada en San Cristóbal de las Casas.

“Trajimos nuestra propia semilla, ahí conocimos como era el maíz, como era el macho, la hembra. En la región de los Altos, hay cuatro variedades de semillas: Olotón Flaco y Olotón Intrincado, Chimbito y otro Uña de Gato. En 2007, nos conformamos como Red de Maíces Criollos de los Altos de Chiapas”, platica.

A partir del 2011 la Red se conforma en la ADR Milperos AC y comenzaron a compartir su experiencia a través del Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).

“Adaptamos el paquete tecnológico que nos dio el PESA y seguimos trabajando para conocer diferentes variedades, haciendo intercambio de semillas con otras comunidades.

Nuestro grupo de mujeres fue beneficiado con el Programa maíz solidario, y nosotras como mujeres que antes no teníamos de estos recursos, continuamos hasta la fecha sembrando maíz. También sabemos sembrar frijol y sabemos seleccionar nuestras semillas”, manifiesta.

Lucía continua trabajando con su grupo comunitario de 31 mujeres productoras de maíz y con gran orgullo señala que han logrado el reconocimiento en diversas comunidades y municipios.

“Logramos nuestro reconocimiento porque realmente estamos haciendo el trabajo”, concluye.

El Heraldo

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