El contacto con la naturaleza les otorga a las madres del campo la oportunidad de enseñar el mundo a sus hijos a través de la realidad, pueden demostrarles a ellos y a todos que son capaces de ser madres al mismo tiempo que trabajan por el bienestar de su comunidad y su tierra.
Algunas son el apoyo principal de sus esposos o sus hijos también productores, pues los acompañan a las parcelas para preparar las tierras, sembrar, regar las plantas, cuidarlas y levantar la cosecha, así mismo, están aquellas madres que se desarrollan como ganaderas o pescadoras.
Sin embargo, y quizás lo más importante es que no importa la situación que vivan, su instinto maternal es igual al de cualquier mujer, aunque su trabajo es arduo lo mejor de su vida lo ofrecen a sus hijos.
Las madres del campo toda la vida han sido madres trabajadoras, que cumplen sus jornadas de trabajo siempre acompañadas de sus hijos. Nunca los dejan, los llevan a cualquier parte a donde vayan.
Y porque ser madre significa dar todo el corazón para sacar a los hijos adelante y enseñarles a vivir; porque el amor de madre es eterno, les decimos a todas las mamás del campo mexicano: ¡Gracias por el tiempo que nos dedicas de forma tan generosa!
