El Instituto contribuye con tecnologías para la producción, métodos para desarrollo de plántula, establecimiento óptimo en parcelas y prácticas de cultivo.
• Con base en la transferencia tecnológica, los productores de Yucatán pueden hacer un manejo eficiente del agave para reducir costos, aumentar el volumen de producción y garantizar la calidad de la fibra.
• De acuerdo con especialistas del INIFAP, actualmente se producen alrededor de cuatro mil toneladas de sosquil (fibra de agave), insuficientes para la demanda nacional.
El Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) contribuye con nuevas tecnologías para aumentar la producción de henequén, mediante métodos para producción de plántula, establecimiento óptimo en parcelas definitivas y prácticas de cultivo.
El INIFAP, organismo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), además desarrolla programas y herramientas cartográficas para la elaboración de mapas de potencial productivo de esta planta; manejo de maleza, plagas y enfermedades del henequén, número de hojas a cortar y su frecuencia.
Los investigadores del Campo Experimental Mocochá en Yucatán, Rubén Guerrero Medina y Raúl Díaz Plaza, indicaron que, en coordinación con la Fundación Produce Yucatán, el INIFAP impulsa la investigación, validación y transferencia tecnológica, con el fin de que los productores locales accedan a un manejo eficiente del agave para reducir costos, aumentar el volumen de producción y garantizar la calidad de la fibra.
Detallaron que mediante la investigación, Henquén: establecimiento y cultivo en Yucatán, se realizan a través de la selección de las mejores plantas de henequén que generan tres veces más penca –en comparación con otras variedades- y que con un manejo adecuado pueden aumentar de forma considerable el volumen de producción.
Los especialistas del INIFAP aseguraron que el uso de la tecnología propuesta para su producción es una herramienta con la cual se obtendría mayor volumen de fibra en un menor periodo de tiempo, en beneficio directo de los pequeños productores de la entidad.
El especialista Rubén Guerrero Medina subrayó la importancia de impulsar el cultivo de henequén en el país, toda vez que actualmente se producen alrededor de cuatro mil toneladas de sosquil (fibra de agave), insuficiente para satisfacer la demanda nacional.
A la fecha, la zona de producción de henequén en Yucatán está conformada por 45 municipios y se localiza en la parte norte del estado, entre las comunidades productoras destacan Izamal, Telchac Pueblo y Motul.
El henequén (Agave fourcroydes Lem) es una planta que puede crecer por periodos largos en una misma zona; en México, Yucatán es el principal productor de henequén desde la época prehispánica.
Con el henequén se producen fibras para la industria textil y el bagazo (residuo del desfibrado) se utiliza como abono en zonas donde los suelos son muy pedregosos y poco fértiles.
Consideran especialistas condiciones propicias
Los investigadores del INIFAP precisaron que el mal manejo de la maleza, el corte de hoja en forma inadecuada y dejar hojas enfermas en la planta puede ocasionar problemas fitopatológicos en los cultivos de henequén.
Destacaron que la altitud de Yucatán, muy cercana al nivel del mar, es favorable para este cultivo porque los agaves pueden adaptarse a diversas condiciones ambientales.
Explicaron que la cosecha del henquén inicia entre cinco y seis años después del establecimiento definitivo. Para realizar el primer corte se debe considerar que el cogollo (parte central de la planta de donde se desprenden las hojas) tenga una longitud de 1.2 metros, con esta medida las hojas que se encuentran en posición horizontal tendrán una longitud similar.
La planta se reproduce con la precipitación que se registra en el área geográfica en que se encuentra, la cual oscila entre 600 a mil 200 milímetros anuales, por lo que se considera que el requerimiento hídrico de esta planta se encuentra en este rango.
Sin embargo, las sequías extremas que se han presentado en los últimos años han propiciado un grado de estrés que, aunque no causa la muerte de la planta, impiden la emisión de nuevas hojas hasta por tres o cuatro meses, con lo que la producción se puede reducir.
Sagarpa
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