Peligra el chile habanero yucateco

El próximo año deberá estar listo el laboratorio que certificará a los productores e industriales la denominación de origen del chile habanero, sin embargo la producción local aún es insuficiente y no cuenta con la inocuidad requerida para satisfacer el mercado internacional.

Incluso, la producción local no alcanza ni para surtir el mercado local, por lo que de no tomarse las medidas adecuadas otros países podrían aprovechar la demanda existente, como Holanda que produce chile habanero en invernaderos y exporta su producción a Nueva York, Estados Unidos.

El director general del Consejo de Ciencia, Innovación y Tecnología del Estado de Yucatán, Tomás González Estrada, comentó que si no posicionamos la producción de chile habanero a nivel internacional, a pesar de la Denominación de Origen otorgada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial en 2010, otros países cubrirán la demanda.

Detalló que en el estado hay de mil 200 a mil 300 productores de chile habanero que producen unas tres mil toneladas al año, que no es suficiente para cubrir la demanda internacional. Incluso remarcó que los industriales locales de salsas y condimentos se quejan de que no cuentan con el sufriente producto para cubrir sus necesidades.

‘No sólo no hay suficiente producción sino que además no cumple con las normas internacionales de inocuidad, lo que cierra la posibilidad de exportar al extranjero’, apuntó.

González Estrada reconoció que en Yucatán el Gobierno ha articulado varios puntos de la cadena para lograr ofertar un producto de buen valor, que cumpla las normas y que tenga un abasto continuo. Sin embargo, reconoció que es necesaria una mayor participación de todos los actores.

El funcionario recalcó que el chile habanero que se produce en la Península tiene la ventaja de que es un producto identificado internacionalmente, con un aroma y sabor característico que reconoce el consumidor internacional.

Además de que existen diversas variedades, con diferente grado de picor, lo que le permite abastecer tanto la demanda del mercado de producto fresco como de la industria: ‘tenemos el producto para satisfacer los diferentes nichos del mercado’, apuntó.

Incluso se puede incursionar en darle un valor agregado al chile habanero, como su deshidratación, para lo cual una tonelada de este producto requiere de ocho a diez toneladas del fresco.

González Estrada recordó que hace una semana se realizó un evento en la Secretaría de Fomento Económico para presentar una iniciativa con recursos federales para para caracterizar cómo se encuentra al cadena de valor del chile habanero, lo cual involucra a productores de todos los tamaños, desde lo que surten al mercado local como a la industria.

‘Esta iniciativa va a retomar el interés de industriales y productores de manera conjunta con autoridades para incentivar la actividad y no sólo contar con la materia prima de calidad y en el volumen que demanda el mercado internacional, sino además darle un valor agregado que genere mayor riqueza y mejores empleos’, subrayó.

Esto se potenciará al comenzar a certificar a los productores y los industriales con la denominación de origen. Recordó que esta certificación avala que es originario de la Península, lo que representa un instrumento de protección a la competencia ilegal o desleal a nivel internacional, ya que hay productos que se ofertan fraudulentamente como originarios de la Península sin serlo.

Para certificar a los productores e industriales con la denominación de origen, desde hace un par de años se construye el Laboratorio de Calidad de Chile Habanero de la Unidad Sureste del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), situado en el Parque Científico-Tecnológico, el cual deberá entrar en funciones en 2015.

Sin embargo, recalcó que es necesario elevar la producción, pero no ‘se trata de vender por vender, sino que sea un producto inocuo, sin residuos de productos agroquímicos o algún elemento contaminante. Es algo que hay que trabajar para poder entrar a los mercados internacionales de Norteamérica, Europa y Asia, lo único que nos da posibilidades de crecimiento’, subrayó.

Destacó que en esos rubros hay que trabajar. Reconoció que no es a corto plazo ni sencillo, ya que hay que cambiar las prácticas agrícolas e industriales, que ambos adecuen sus procesos a lo que demandan los grandes mercados.

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