Nueva técnica revoluciona la pesca de mejillones

En el ventoso Mar de Wadden, en el norte de Holanda, pescadores capturan larvas de mejillón, con una nueva técnica diseñada para proteger el fondo del mar de las tradicionales redes de arrastre con las que se recogen los mejillones, pero que afectan a otros tipos de vida marina y sus ecosistemas.

Estas “semillas de mejillón”, están adheridas a redes flotantes colocadas sobre el fondo del mar, en lugar del suelo marino. Las redes se colocan en la primavera cuando las microscópicas larvas nadan libremente en el océano.

Una vez recogidas, las semillas son transportadas a “bancos” donde permanecerán por unos tres años hasta que crecen a un tamaño aproximado de unos cinco a siete centímetros, cuando son llevadas al mercado para la venta al consumidor.

El inventor de la nueva técnica de captación y siembra de semillas de mejillón es Kees Groot.

Científicos creen que el sistema puede incrementar la producción y ofrece una buena alternativa para los métodos tradicionales.

La investigadora Pauline Kammermans del Instituto de Recursos Marinos y Estudios de Ecosistemas, IMARES, en la Universidad Wageningen en Holanda, dice que la optimización técnica es tan importante como la biológica porque los pescadores deben colocar las redes en el agua en el momento adecuado antes de que las larvas comiencen a asentarse y retirarlas antes de que comiencen a caerse de las redes.

Según cifras del gobierno holandés un 70% de las semillas de mejillón actualmente se recogen con redes de arrastre, con el consecuente perjuicio a otras especies y ecosistemas, lo que ha llevado a regulaciones más estrictas con miras a la implementación en 2020 de una ley que prohibirá la pesca de arrastre.

Unos 700 kilogramos de mejillones se pescan actualmente con el sistema de Kees Groot, que ha llevado 10 años desarrollarse, pero él espera poder alcanzar una pesca de 1 millón de kilogramos para 2015.

Groot dice que otro beneficio de su método es que se tiene un suministro continuo de larvas porque está en un sitio fijo a diferencia de la semilla natural de mejillón que cae al fondo del mar y fluctúa por las corrientes y el movimiento del agua y porque el espacio para recogerlas es demasiado extenso.

La industria del mejillón en Holanda data de hace 150 años, y un 80% de la producción se exporta a mercados de Francia y Bélgica, donde es muy apreciado por su excelente carne. “El mejillón holandés es más firme, tiene más músculo y eso hace una gran diferencia en el sabor comparado con los mejillones de otras partes” dice Martijn van der Slujis, de la productora Prins Dingemanse.

El sistema de Groot que coloca las redes en aguas profundas a corta distancia del fondo del mar, resulta en mejillones de calidad similar a los mejillones que crecen naturalmente.

Voz de América

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