El canadiense Michael Sacco tiene en Toronto una fábrica de chocolate que utiliza como materia prima cacao y vainilla traídos del sureño estado mexicano de Oaxaca, donde vivió cinco años y fundó su compañía de comercio justo Chocosol.
“Comencé a hacer chocolate con una curandera zapoteca en el 2003, tostándolo con mi tostador solar, y al año surgió mi empresa social como una comunidad de aprendizaje”, afirmó Sacco en entrevista con Notimex.
El canadiense recordó que comenzó a vender su producto en el primer tianguis orgánico de Oaxaca, bajo la enseñanza del maestro zapoteca Gustavo Esteva.
Sacco señaló que durante su estancia en Oaxaca se volvió un investigador del chocolate, leyendo libros sobre su elaboración y antiguas recetas.
Aclaró que los europeos se centraron en la producción de chocolate como “bombones industrializados”, mientras que para él, el chocolate debe hacerse como comida de los dioses.
“Nosotros lo que queremos hacer es algo basado en la preparación tradicional, el azúcar no es bueno, sobreprocesarlo y molerlo durante días, no es bueno, tampoco que el chocolate sea tan fino, porque por estar tan fino pierde su potencia y sus antioxidantes”.
En 2006, Sacco regresó a Canadá y continuó con su empresa Chocosol, que importa cacao de Oaxaca para preparar chocolate en barra.
“Seguimos siendo una empresa social, basada en un comercio horizontal y solidario”, recalcó el empresario canadiense.
Aclaró que no le gusta decir que ayudan “a los pobres campesinos” sino más bien que llevan a cabo un comercio recíproco.
“Nosotros aplicamos las enseñanzas de composta, policultura y maquinaria ecológica para hacer el chocolate y cuando volvemos a México intercambiamos árboles, técnicas, talleres con los productores ecológicos e indígenas de Oaxaca, Chiapas, Puebla, Tabasco”, destacó.
Entre la variedad de chocolates que produce Chocosol están el oscuro, de vainilla, picante, de coco, y cáñamo de oro. También ofrecen chocolate para beber, como xocolatl, oaxaqueño con canela, azteca y de vainilla.
Sacco reiteró que su empresa se basa en un comercio “digno y recíproco” entre productores canadienses y mexicanos.
“Somos una empresa limpia, transparente, que beneficia a ambas partes. Fabricamos el chocolate en Toronto, pero el cacao, la vainilla, el axiote, el café y muchos chiles vienen de México”, apuntó.
En junio pasado, Sacco participó en el festival de comida panamericana, realizado dentro del festival cultural Luminato, donde ofreció la bebida zapoteca tejate, una especie de chocolate frío preparado con cacao, maíz, mamey, agua, y el “Mayan moca”, cacao con café.
“También llevamos tamales dulces con chocolate, hechos con maíz orgánico molido a piedra aquí en Toronto”.
Sacco resaltó que continúa viajando a Oaxaca cada año para seguir en contacto con la elaboración tradicional de este alimento prehispánico.
NTX
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