El investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores (ITESM), Silverio García Lara, dijo que casi el 30 por ciento de las pérdidas del maíz en México se debe a problemas de plagas, lo que provoca grandes mermas en los ingresos de los agricultores.
Manifestó que después de la cosecha, el maíz puede durar almacenado varios meses, pero es vulnerable a los daños causados por insectos como el gorgojo y el barrenador.
Ante esta problemática, el también jefe del Laboratorio de Interacción Molecular Planta-Insecto, evaluó los compuestos fitoquímicos de una variedad de maíz que es resistente a las plagas de almacenamiento y que, además, tiene propiedades nutricionales con gran impacto en la salud de los consumidores.
“Las plagas de almacenamiento son un verdadero problema para la seguridad alimentaria, ya que contaminan los cultivos, mientras aún está en el campo o después de que es almacenado”, afirmó.
García Lara añadió que “los insectos prosperan en ambientes húmedos o cálidos y se pueden ocultar en lugares que no se han limpiado a fondo, como los anaqueles, para después salir y destruir toda cosecha de un año, en cuestión de meses”.
En ocasiones, indicó, “los agricultores tienen que vender su maíz a precios bajísimos inmediatamente después de la cosecha, a fin de evitar las inevitables pérdidas provocadas por la infestación”.
“Los pequeños agricultores no se pueden permitir el lujo de tener grandes contenedores de almacenamiento sellados, ni de fumigar la cosecha con insecticidas o productos químicos, ya sea porque son muy caros o porque implican riesgos para la salud”, subrayó.
Señaló que “por fortuna, los agricultores han venido seleccionando algunas variedades de maíz con características de resistencia, las cuales hemos desarrollado con modernas técnicas biotecnológicas, junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)”.
El experto mencionó que estas líneas endogámicas recombinantes de maíz son variedades resistentes a la más voraz de las plagas, como el barrenador del grano grande, debido a que tienen una gruesa capa exterior que los insectos no pueden penetrar y que actúa como una barrera física.
“Además, se observó que esta capa externa también conlleva otros beneficios y propiedades nutricionales nunca antes descubiertas”, expuso.
Explicó que a gruesa capa exterior, conocida como el pericarpio, es nutritiva y contiene fitoquímicos que pueden ayudar a prevenir enfermedades crónico-degenerativas, aumentar la esperanza de vida y apoyar la estructura y la función del cuerpo”.
Estas características, expresó, representan un concepto relativamente nuevo en el mejoramiento de los cultivos.
“Nuestro objetivo final es reducir la carga de plaguicidas y la contaminación, porque generan problemas de salud, y en el camino, mejorar la salud de los consumidores”, dijo.
NTX
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