Valladolid.- En lo que va del año la producción de miel en Yucatán descendió hasta en 70 por ciento en comparación con 2015 (año récord), debido a la presencia de frentes fríos y la ausencia de lluvias de noviembre a marzo, lo que provocó también que al menos 25 por ciento de las colonias de abejas melíferas abandonaran los apiarios (colmenas) de este municipio en busca de floración.
“Está muy fregada la situación”, lamentó Benito Dzid, presidente de la Asociación Ganadera Local Especializada en Apicultura (Aglea) del municipio de Valladolid, quien explica que sumado a la baja producción, los intermediarios están pagando el kilo de miel muy por debajo de los precios alcanzados para la misma temporada en 2015.
“El año pasado empezaron a comprar a 42 pesos el kilo, esta vez a 30. No resulta así”, expresó.
Por su parte, la empresa Productos Selectos del Sureste S.A. de C.V. (Proselsur), uno de los seis principales acopiadores de la región, advierte que el excedente de miel en el mercado argentino está incidiendo en los bajos precios de la miel mexicana, que se exporta principalmente a Alemania.
SEQUÍA EN LA SELVA
Casi 100 metros antes de llegar al apiario Yok Dzonot (sobre el cenote), el apicultor Protacio Tuz y Benito Dzid se colocan su equipo de protección, que consiste en una camisa gruesa de lona y su velo, no se ponen guantes, porque con ellos se les dificulta maniobrar. Con cada paso que dan las ramas secas crujen en el suelo y por la vereda que lleva hasta las colmenas solo se observan arbustos secos.
“El problema es la crisis desde noviembre y que hasta ahora no se ha regularizado la lluvia, a pesar de que nosotros alimentamos a las abejas con suplementos no es suficiente. Aquí perdí 25 por ciento de las abejas, de 30 (colmenas) que yo tenía se fueron ocho. Ahora comienza la floración, pero está seca, entonces no hay producción de miel”, señaló Tuz y Ek.
Mientras Benito Dzid observa algunos árboles que apenas comienzan a florear, tras una ligera lluvia registrada la semana pasada, reconoce que es natural que las abejas emigren. “Al ver que no hay comida, cargan lo que hay y se van, abandonan la cajita y van buscando opciones de dónde subsistir. Aquí por más que les estamos apoyando con azúcar, el temporal no llegó; vinieron los frentes fríos y eso quemó la floración, los ventarrones tiraron la poca floración que puedo haber”.
En las selvas existe una amplia variedad de arbustos y árboles que florecen a lo largo del año, por lo que las cosechas de miel dependen de la floración de cada especie.
Entre las más importantes están el Tsitsilche, el Tajonal y las enredaderas que florecen en las épocas de invierno y primavera, y a partir de éstas se calcula una producción de 80 por ciento de miel, pero este año hubo sequía.
“Por estas fechas el año pasado llevábamos mas de mil toneladas, y actualmente hemos acopiado como 300, estamos a 30% del año pasado”, indicó Gotthold Beutelspacher, presidente de Proselsur, quien señaló que su empresa vendió como 2 mil 500 toneladas con la cosecha excepcional de 2015, cuando la producción total en el estado fue de 12 mil 800 toneladas.
Yucatán es el primer productor de ese endulzante natural a escala nacional, y Valladolid, por su parte, es considerada la capital mundial de la miel. Desde el punto de vista de los apicultores, ellos se encuentran en una situación de desventaja ante las empresas de acopiadores, debido a que no hay organización entre los 12 mil 400 productores en todo el estado, que manejan un inventario de 514 mil colmenas.
Tan solo en Valladolid existen cerca de 4 mil apicultores, y muy pocas asociaciones o cooperativas; Benito Dzid, quien es vocal de la Unión Nacional de Asociaciones de Apicultores de México (respaldada por la Sagarpa), aglutina en la Aglea solo a 30.
Mientras que con un grupo de 50 acopiadores, Proselsur obtiene la miel de 2 mil apicultores en un área de influencia de 100 kilómetros a la redonda, cuyo principal mercado es Alemania, y en menor medida Arabia, además de que surten pedidos especiales a Japón.
“Siempre hemos tenido una política de precio justo. Analizamos nuestro precio de venta, y descontamos los gastos de envases, aduanas, permisos, fletes marítimos y sobre eso nuestra empresa tiene un margen como entre 2 y 3% del precio de venta y el saldo que queda es el precio que podemos pagar al productor”, indicó.
Pero debido a que Argentina cuenta con un excedente de 25 mil toneladas de miel, que están ofertando en 2 mil 900 dólares por tonelada, “ahora nos orilla a mantener precios bajos a los productores”, justificó.
Milenio
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