¿Verdad o mentira? cuatro mitos sobre la acuacultura

Existen muchos mitos alrededor de la también llamada acuicultura (práctica que se dedica al cultivo de organismos acuáticos), ¿serán ciertos o falsos?, te invitamos a conocer los más populares.

Mito #1: Absolutamente todos los pescados y mariscos son caros

No todas las especies. Según la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), los pescados más económicos son: la cintilla, conejo, lebrancha, jurel, cojinuda, besugo, sierra, peto, cazón, bandera, trucha, bagre, carpa, jolote, lobina negra y mojarra. Los mariscos de bajo precio son las almejas, especialmente la chirla y la Campeche.

Mito #2: Los productos acuícolas son tóxicos

Falso. Los alimentos producidos a través de la acuacultura contienen un alto nivel de proteínas animales, vitaminas, carbohidratos y minerales. Asimismo, la actividad acuícola representa el 50% de los productos pesqueros mundiales destinados a la alimentación.

Mito #3: El uso de antibióticos beneficia a la acuacultura

¡Por supuesto que no! Usar sustancias antibióticas en aguas dulces y saladas tiene como principales consecuencias: el aumento de infecciones por bacteria en las poblaciones humanas y animales, contaminación de alimentos, daños al medio ambiente y propagación de diversas enfermedades.

Mito #4: La acuacultura beneficia solamente el desarrollo del sector alimentario

Tampoco es cierto. La práctica de la acuacultura contribuye además a la estabilidad económica, conservación de especies acuáticas, disminución de impactos ambientales, nutrición, producción de materias primas industriales y farmacéuticas, generación de empleos y erradicación de la pobreza.

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