El fenómeno del cambio climático “llegó para quedarse, es más evidente” y se tiene que ir estableciendo un nuevo modelo y generando respuestas, expone la titular de la Secretaría de Vinculación del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad en el Sureste (CCGSS), Silvia Whizar Lugo.
La oceanóloga explica que en la zona costera del estado se juntan dos procesos, uno de cambio climático que tiene que ver con el aumento del nivel del mar, y el otro con la presencia de nortes de manera más frecuente.
La presencia de nortes de manera más frecuente lleva el incremento de proceso de erosión. En la costa se pierde mucho terreno, sobre todo en época de nortes.
“Allí es identificable físicamente. Esto no significa que en otras áreas del estado no se esté presentando, como es en la zona de Los Ríos con temperaturas demasiado altas”.
Agrega que ello ya está ocasionando problemas para el manejo productivo adecuado de la ganadería, por citar un sector.
En la zona de Balancán-Tenosique, la gente ya estaba acostumbrada a temperaturas altas, pero ahora ya son temperaturas de 50-52 grados, que si bien no se mantienen, sí cada vez más se presentan como “picos” de manera diaria.
Y esos “picos” son los que de alguna manera marcan la complejidad, pero la habilidad de los productores tiene que ver con temporadas de estiaje muy largas, se preparan bien con pozos, bombas y abrevaderos para el agua.
Compara que en esos casos pueden mover a los hatos, pero en el caso de las áreas de cultivo de sorgo y otros granos, no se pueden mover para que obtengan agua.
Además se aúna el problema de la tala de la zona, donde no existe sombra y causa que el impacto de dos o cuatro grados más, vaya inhibiendo diversos cultivos que antes se podían dar. Allí “la gente no lo ve tan claro como en la costa, que se va el terreno y donde había una casa hoy ya no existe”.
“En el primer punto, la gente sólo dice, pues está el calor muy fuerte, pero bueno luego refresca y que luego entró un frente. La gente como que tarda más en identificar”.
Whizar Lugo ejemplifica que en la zona de los Altos de Chiapas, los habitantes ya identificaron que las granizadas presentadas en abril, que no existían, le cae a su maíz que ya estaba más o menos grande, les obliga a resembrar.
“Ellos ya saben que pierden el diez por ciento de las plantas. Y dice la gente, ahora tenemos que guardar más maíz seco para sembrar pues se perderá el diez por ciento”, esa es una medida de adaptación en agricultura muy rápida de identificar.
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