La Piedad, Michoacán.- La porcicultura michoacana comienza a levantarse, en un mes saldrá el primer embarque de carne cerdo a Japón y la expectativa es grande, pero requieren del apoyo gubernamental para establecer un cerco fitosanitario estatal y no volver a caer a la lona.
Luego de que el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos los noqueó, ya que de los 200 mil vientres que había en la región La Piedad, Santa Ana Pacueco, Guanajuato y Degollado, Jalisco, en la década de los 70, actualmente no llegan a los 60 mil.
Salvador Pérez León y Ernesto Macías, presidente y secretario de la Asociación de Porcicultores de La Piedad, dicen que al final del día el TLC los obligó a ser más eficientes para poder competir aunque no con los productores estadounidenses, pero sí darles la vuelta y, con calidad, hasta arrebatarles el mercado.
“Si no vamos a poder con ellos hay que darles la vuelta, vamos a buscar mercado en otros países y esa es la visión como Asociación, la más grande de Michoacán. Generamos el 50 por ciento de la producción estatal, con 16 mil vientres”.
En entrevista, luego de que participaron en el programa El Congreso en tu Municipio, indicaron que por eso van a proponer a los diputados que hagan una ley para que se vuelvan a instalar las casetas fitosanitarias en todos los limites estatales.
“Queremos que todo vehículo que entre o salga del estado esté limpio y poder tener nuestro cerco fitosanitario porque ya exportando a Japón u otros países, si perdemos las certificaciones que hemos ganado para exportar, quién sabe si nos volvamos a levantar”.
Los dirigentes porcicultores señalaron que el programa fitosanitario desapareció durante la administración del gobernador Leonel Godoy Rangel, bajo el argumento de que no había dinero para mantener las casetas.
“Eso nos afecta tanto como lo hizo el TLC porque no hay vigilancia, no hay trazabilidad y ese es el principal argumento de Estados Unidos para no dejarnos mandar carne; la verdad es que ellos saben que somos muy competitivos y que el día que estemos al 100 por ciento les vamos a ganar el mercado, porque la carne mexicana es muy sabrosa, por eso los japoneses buscan la carne mexicana, conocen el sabor y saben que en cuestión de calidad estamos más adelante que ellos –los estadounidenses”.
Internamente los porcicultores luchan con la ignorancia, por ejemplo contra la idea de que la carne de puerco es mala cuando es la más limpia que hay ya que la norma para su alimentación es más rigurosa que para los humanos, además de que ya cuentan con un rastro Tif.
“Hemos sido más eficientes y hemos trabajado mucho para que el ama de casa consuma un producto inocuo y de calidad pero los consumidores no saben diferenciar una carne congelada de Estados Unidos a una carne fresca por lo que recomendaron que, al menos se cheque que la carne que se compra tenga el sello Tif”.
Los dirigentes porcicultores lamentaron que La Piedad siga siendo conocida como la cuna de la porcicultura, pero porque nunca creció aunque actualmente se ubican en la séptima posición nacional.
Quadatín
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