Hace pocos siglos empezaron a nacer elotes gigantes en un pequeño poblado campesino de Nayarit conocido como Jala. Los abuelos del pueblo dicen que aquellas mazorcas llegaron a tener hasta 60 centímetros de largo, todas ellas repletas de dientes grandes y amarillos.
Desde que empezaron a surgir de los campos se buscó una razón para explicar el porqué de su inusual tamaño, la gente comenzó a decir que fue un milagro de su patrona, la Virgen de la Asunción, la cual aparece con los brazos abiertos, de ahí que muchos dijeran que esa postura fuera un presagio de la longitud que tendría el maíz del pueblo.
Otros más creen que se debe a que en 1870 hizo erupción el volcán Ceboruco, dispersando sus cenizas y lava en Jala, que es la localidad más cercana.
En épocas más recientes agrónomos especializados en maíz empezaron a analizar las mazorcas, intentaron reproducirlas fuera de este territorio sin conseguirlo.
Se descubrió que los elotes gigantes de Jala solo se dan en esta comunidad y en ningún otro lado más, no se puede afirmar científicamente que el agigantamiento se originó luego de la erupción de 1870, pero se reconoce que hay una relación de este crecimiento atípico con las características volcánicas del terreno en combinación con el microclima del lugar.
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