El sur del país se convirtió en una pieza clave para el crecimiento del sector agroalimentario y en cuatro años, con más de 8,200 proyectos productivos y casi 4,000 millones de recursos públicos, también se impulsó el empleo con la creación de 291,260 puestos de trabajo.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) también se incorporaron, para el desarrollo de esta región, recursos privados de beneficiarios y créditos por 4,072 millones de pesos, a favor del establecimiento y mantenimiento de 173,126 hectáreas en cultivos de palma de aceite, hule, palma de coco, cacao y piña, entre otros.
Esta zona, compuesta por nueve entidades federativas se logró la producción en vivero de 118,522 millones de plantas mejoradas de café, palma de aceite, estevia, cacao y hule, así como la adquisición de 47,964 cabezas de ganado bovino (80 %) y caprino y ovino (20 por ciento).
Cabe señalar que en Sur-Sureste del país se localizan 210 de los 300 municipios del país con alta y muy alta marginación; sin embargo, en un reporte de la dependencia se indica que “la región guarda un importante potencial de crecimiento, toda vez que el 69% del agua dulce del territorio nacional se concentra en esta zona y hay una gran disponibilidad de tierras con vocación agrícola, ganadera y forestal”.
En esta zona se impulsa la producción de 13 cultivos emblemáticos del trópico húmedo mexicano, se busca incrementar la producción de carne, leche, granos básicos, productos acuícolas y pesqueros porque es una zona donde existen importantes recursos naturales y tierras subutilizadas.
Cabe resaltar que los cultivos que se desarrollan en dicha región son cultivos de cacao, hule natural, mangostán, pimienta, vainilla, palma de aceite, palma de coco, café, cítricos, jatropha, henequén, yuca y malanga.
En este plan destaca el incremento de 100,000 hectáreas de palma de aceite, procesos para el mejoramiento de suelos y la reactivación del cultivo de henequén en la Península de Yucatán, con atención prioritaria y el acompañamiento a pequeños productores, mujeres y jóvenes del sector rural.
El Economista
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