La guerra comercial entre Estados Unidos y China está tumbando los precios internacionales de la soya y maíz, principales insumos para alimento de ganado, que con la apreciación del Peso frente al dólar se han convertido en elementos a favor para los productores de cárnicos en México.
China es el principal cliente de soya estadounidense y la semana pasada el Gobierno del país asiático le impuso un arancel del 25 por ciento a esta oleaginosa, el cual ya se venía venir desde finales de mayo, explicó Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
“China está tumbando los precios de la soya y maíz de Estados Unidos por los aranceles que le aplicó en represalia por lo que le hizo este último”.
A raíz de esto, y de la mayor cosecha del grano en Estados Unidos, desde abril los futuros de soya cayeron 18 por ciento y hoy cotiza en su nivele más bajo de los últimos 10 años, de acuerdo con la Bolsa de Granos de Chicago.
Y la pasta de soya (derivado de la semilla de soya) acumula desde entonces una baja de 15 por ciento. Además, el dólar se ha depreciado 8 por ciento desde que tocó su nivel más alto, el pasado 19 de junio.
The Wall Street Journal publicó ayer que ante las dificultades para exportar soya de Estados Unidos a China, el Departamento de Agricultura estadounidense calculó que los inventarios del grano en su país crecerán cerca de 50 por ciento en el ciclo 2018-2019, lo que hizo que todavía bajara más su precio internacional.
La caída del complejo soya (semilla y pasta) empujó a la baja al maíz, que acumula un descenso de 12 por ciento desde abril y cotiza en su nivel más bajo desde el 2015.
Pero también al sorgo, que aunque no cotiza como futuro, mantiene una fuerte correlación con el precio del maíz, explicó Anaya.
La Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado Bovino (AMEG) y la Organización de Porcicultores del País (Oporpa) reconocen el doble beneficio que representa la baja en costo de granos y del dólar, pues casi la mayor parte de sus insumos proviene de Estados Unidos.
Inclusive adelantan que los precios pagados al productor podrían bajar, además de por estos factores, por los mayores envíos de carne a México que muy posiblemente harán sus competidores estadounidenses.
Aunque no garantizan que el beneficio llegue hasta el consumidor final.
José Córdova, presidente de la AMEG, detalló que de continuar la situación como hasta ahora, en unos cuatro meses los precios al productor de este cárnico podrían bajar entre 3 y 4 por ciento adicional.
“Para nosotros ese porcentaje es mucho… pero no lo hemos visto reflejado al consumidor y éste es un asunto que debe revisar la Secretaría de Economía.
“Con la baja que hicimos las pulpas, que son las que más se consumen, debieron haber bajado al menos un 10 por ciento”.
Heriberto Hernández, presidente de la Oporpa, refirió que hoy el precio del cerdo en pie está un poco alto por efecto de estacionalidad, pero que en máximo un mes podría empezar a bajar incluso hasta 25 por ciento.
La razón, explicó, no sería tanto por los menores costos de granos y la apreciación del Peso, sino por el alto riesgo de que los porcicultores estadounidenses envíen más volúmenes a precios muy bajos a México, lo que les resultaría en una buena oportunidad pese al arancel del 20 por ciento que la Secretaría de Economía impuso a Estados Unidos.
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