Cambia clasificación para los productores

Durango.- El presidente del Sistema Producto Tomate, Luis Roberto Caballero Ruiz, señaló que si bien el Gobierno de la República no ha dado a conocer las reglas de operación de los programas que estarán activos en el ejercicio fiscal de 2019, la expectativa sobre la posibilidad de beneficios para los productores locales de tomate han ido a la alza.

“En lo que hemos estado viendo sí va a haber apoyos pero sí están definiéndose”.

Explicó que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) está ahora definiendo un nuevo mecanismo para la asignación de apoyos.

Los productores se agrupan ahora en Unidades Económicas Rurales Agrícolas (UERA).

Con base en este indicador se han designado cuatro niveles de producción.

El primer nivel, es decir el Uno, se refiere a aquellos productores que tienen una superficie productiva equivalente a una hectárea o menos y cuya producción anual alcanza apenas para el autoconsumo.

A partir de ahí, va escalando la superficie y la producción hasta llegar al nivel Cuatro, donde se sitúan los productores que poseen hasta 20 hectáreas.

En cuanto a la producción, estos campesinos, si bien tienen condiciones de rentabilidad por la siembra de sus cultivos, también presentan cierta dependencia de los apoyos y subsidios del Gobierno para mantener sus parcelas produciendo, es decir que tienen una rentabilidad frágil.

Conforme a estos considerandos, el Presidente del Sistema Producto Tomate en Durango apuntó que los productores cumplen con las características señaladas por la Federación para ser susceptibles de apoyos.

Si bien, a nivel nacional, los productores de tomate están considerados dentro de los productores del sector comercial, en el caso de Durango, la superficie que tiene cada uno de los agremiados en el Sistema Producto Tomate todavía los coloca en un alto nivel de vulnerabilidad.

Si bien como candidato, Andrés Manuel López Obrador se pronunció por apoyar de manera prioritaria a los más vulnerables, ya como Presidente de la República, los productores de tomate han encontrado disponibilidad al diálogo y ello ha elevado las expectativas en torno al apoyo.

Previamente, Caballero Ruiz apuntó que entre las necesidades más apremiantes del sector se cuenta la infraestructura básica para la operación de los invernaderos.

La prioridad para este año será el cambio de los hules que recubren los invernaderos, los cuales tienen una vida útil de unos tres años; sin embargo, en el caso de Durango hay casos en los que la infraestructura tiene más de siete años sin cambios debido a la falta de recurso.

El Siglo de Durango

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