La producción de peces de ornato como industria en México, surge en la década de los cincuenta, cuando se montaron los primeros acuarios públicos, pero con el afán de diversificar la producción tradicional de la piscicultura, durante los setenta, se establecieron en el país las primeras granjas comerciales de peces de ornato.
Hoy en día, la producción nacional se desarrolla en 23 entidades, entre ellos, Morelos, Nayarit, Jalisco, Veracruz y Yucatán donde se cultivan 160 especies multicolores como la carpa koi, guppy, molly, pez ángel, platy, danio cebra, tetra, cíclido, betta, gurami, espada, monja, óscar, barbo, plecos, pez gato, tiburón, Sumatra, dragón y sello rojo, siendo un negocio con perspectivas de crecimiento social y económico, que responde a la demanda de quienes gustan de la acuariofilia.
El manejo productivo y sustentable es un gran reto que enfrenta la industria de acuarios, los productores, importadores e investigadores, ya que esta actividad significa una importante derrama económica regional, e ingresos que contribuyen a mejorar la economía de quienes se dedican a ella.
Tal es el caso de Jalisco, entidad en la que actualmente operan ocho granjas activas de estos coloridos organismos. Las granjas enfocadas a la crianza de peces ornamentales se concentran en las regiones Ciénega y Centro, concretamente en Jamay, Acatlán, así como en varios municipios de la zona conurbada tapatía.
La comercialización de la producción jalisciense tiene presencia en importantes mercados del país como Cancún, Monterrey y Tijuana, entre otras, lo que revela el buen posicionamiento que ha logrado por su la calidad genética y la sanidad de sus organismos.
Finalmente, la acuariofilia es un factor que contribuye a valorar la biodiversidad, dado su práctica se hace viable tanto en los acuarios como en los hogares, y dada la gran belleza de estos animales en algunos casos contribuyen al relajamiento contra el estrés de la vida cotidiana.
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