La siembra del maíz argentino está muy retrasada con respecto al ritmo del ciclo anterior debido a una prolongada sequía, dijo el jueves la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC), que señaló que se implantó el 5,8% del área esperada para el cereal, una demora interanual de 11 puntos porcentuales.
Argentina es el tercer exportador mundial de maíz y el miércoles la Bolsa estimó la cosecha del cereal en 50 millones de toneladas.
La cifra es inferior a los 52 millones de toneladas producidos en la campaña previa por una caída en la previsión de superficie sembrada con trigo, causada por la escasez de agua que desde hace meses afecta al núcleo agrícola del país, según la entidad.
“Bajo este escenario son necesarias lluvias durante las próximas semanas para asegurar el cumplimiento de los planes de siembra, teniendo en cuenta que el período óptimo de implantación culminaría a finales de octubre”, advirtió la BdeC en su reporte semanal de cultivos.
De acuerdo al reporte agroclimático del jueves de la Bolsa, en los próximos siete días las principales regiones agrícolas recibirían solo cerca de 10 milímetros de lluvias.
Sin embargo, Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología de la entidad, dijo el miércoles que octubre, cuando es primavera en el hemisferio sur, reportaría entre 50 y 100 milímetros de lluvias muy útiles para activar la siembra del maíz.
Las precipitaciones previstas por Sierra también serían muy útiles para el trigo 2022/23, cuyos lotes actualmente están en etapas de desarrollo de rendimiento y también necesitan agua.
Según la BdeC, en la última semana el porcentaje de lotes de trigo en condiciones entre regulares y malas creció 3 puntos porcentuales, a 45%, mientras que la cantidad de lotes que presentan un estado entre excelente y bueno es solo del 14%.
Para la Bolsa de Buenos Aires la producción de trigo 2022/23, cuya cosecha comienza en noviembre, sería de 17,5 millones de toneladas, por debajo de los 22,4 millones recolectados en la temporada anterior.
Reuters
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