La producción del melón, es una de las que hoy en día más empleo ofrece a los matamorenses, pues desde que se siembra hasta que se cosecha y se comercializa se emplean y autoemplean alrededor de 700 personas hombres y mujeres.
Incluso vienen a este municipio, concretamente al lugar conocido como “Las Meloneras”, productores de Viesca y San Pedro de las Colonias a vender la fruta.
“Necesitamos que nos apoyen los tres niveles de gobierno, porque este año ni para semilla nos dieron, menos precios de garantía como lo han hecho con el algodón y eso que aporta menos empleos que el melón. Nos quieren mandar a otro lugar, cuando aquí en ‘las meloneras’, es punto donde ya saben nuestros clientes cómo llegar”, informó el presidente de la Asociación de Melón y Sandía de Matamoros, Jesús Zárate Muñoz.
Desde la preparación de las tierras para el deshierbe y tractoristas luego para la siembra, se requieren de cuando menos cinco personas para que realicen esas actividades durante los primeros días de enero, luego vienen los riegos y también se contratan unas dos personas más.
Después se viene un periodo de receso, en donde nada más se está al pendiente de cómo van las plantas, si requieren de fertilizante o cualquier otro elemento que permita el buen desarrollo, siempre y cuando no se registren heladas o fuertes vientos. Este año no hubo mucho de esos fenómenos climáticos.
A finales del mes de abril se empieza con la “calienta” del melón, o sea la primera cosecha.
“Para la cosecha del melón se requieren entre siete y 10 personas, aunque algunos productores contratan hasta 15, para sacar rápido la fruta, que no basta con un corte, sino que se realizan hasta tres o cuatro en cada hectárea por día, obteniendo un total de aproximadamente 30 toneladas por hectárea en la temporada”, explicó Zárate Muñoz.
Cabe destacar que en comparación con el algodón, el melón todavía requiere de la mano del hombre para cosechar, mientras que el algodón ya se hace a través de maquinaria y es menos la contratación de mano de obra.
Como todos los años, hubo algún productor que sembró hasta cinco o seis hectáreas de melón y los que menos fueron de entre una y una y media, que invirtieron 40 mil pesos, entre compra de insumos agrícolas, renta de tractor, sembradores, regadores, cosechadores, combustibles, impuestos, entre otros gastos.
Los propietarios de los empaques, son otra cosa, pues lo mismo hay particulares, que cobran la maquila o pequeños grupos de productores, que contratan personas, ya sea para carga y descarga de la fruta, tanto de melón como de sandía, así como para lavar, seleccionar, empacar y etiquetar las rejas cargadas.
Se transportan en camiones torton o traileres que vienen del Estado de México, Pachuca, Distrito Federal, Puebla, Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey, entre otros Estados del centro y sur, que también de alguna manera generan que la economía se reactive en este municipio.
Fue gracias a la organización que nunca se había dado en este municipio, que no permitió que ofertaran las cosechas a bajo precio y menos por los que les ofrecían “los coyotes”.
Así lograron mantener el precio que no bajó de los tres pesos este año, para poder obtener cuando menos la inversión que realizaron para sembrar.
Otras fuentes de empleo se generan en “Las Meloneras”, que se localizan en la parte oriente de esta cabecera municipal, a la salida en la carretera libre a Saltillo y las que se encuentran en el entronque de esa rúa federal con Congregación Hidalgo.
Ahí venden desde gorditas, refrescos, cintos, sandía y melón a granel o por unidad, pantalones, entre otros, que muy bien obtienen algún ingreso, gracias a esas “flotantes fuentes de ingreso”.
Milenio