Para conservar 80 especies de plantas mexicanas en peligro de extinción, en el Jardín Botánico del Instituto de Biología (IB) de la Uiversidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el investigador Víctor Manuel Chávez Ávila dirige un laboratorio donde se reproducen in vitro cactáceas, orquídeas y agaves, entre otras familias vegetales.
Los cultivos, que van del laboratorio al vivero, incluyen a las familias de cícadas, únicas gimnospermas que fijan nitrógeno atmosférico y que, eventualmente, lo incorporan al suelo y lo enriquecen; existen desde la época de los dinosaurios. Las pináceas, que reúnen a pinos y otros árboles de hojas aciculares (en forma de aguja) y canales de resina.
También las apiáceas, a las que pertenecen varias plantas medicinales, hierbas y arbustos, y las asteráceas o compuestas, una de las familias más diversas del planeta, que agrupa a muchas flores de importancia ecológica y económica.
La estrategia del biólogo y doctor en botánica se basa en el cultivo de tejidos vegetales, un método biotecnológico que permite producir plantas completas a partir de pequeños fragmentos de tejidos (raíces, tallos y hojas, entre otros) y aún de células individuales.
Es altamente eficiente para propagar, literalmente, cientos de plantas a partir de un fragmento de tejido en un tubo de ensayo. Pueden formar embriones semejantes a los que se forman dentro de las semillas (embriogénesis somática) o formar órganos como tallos y raíces para después regenerar la parte faltante hasta formarlas completas (organogénesis).
El proyecto del Laboratorio de Cultivo de Tejidos Vegetales conserva germoplasma de especies endémicas, forma alumnos y promueve la educación ambiental, tareas urgentes en el quinto país más rico del planeta en diversidad vegetal, con más de 24 mil especies nativas, 987 de ellas en alguna categoría de riesgo, según indica su inclusión en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
Fuente: Mi Morelia