Producido mayormente en San Martín Hidalgo y Atotonilco el Alto, el limón persa es ejemplo como agronegocio de gran éxito en la sustitución de cultivos.
El volumen de exportación del fruto se ha incrementado sustancialmente en años recientes, pasando de tres mil toneladas anuales a 12 mil toneladas.
El escenario luce optimista para tener más demanda exterior, explicó el director de la organización Cítricos Selectos de San Martín Hidalgo, Ildefonso Camacho Zepeda.
La apertura del mercado de Corea del Sur representa otro paso para penetrar el exterior, luego de que la autoridad sanitaria del país asiático reconociera el buen estado de las plantaciones en Jalisco, cuyo principal destino es Estados Unidos, seguido de Alemania, Holanda y Polonia.
Mediante un comunicado de prensa, el funcionario destacó el éxito de las acciones realizadas en conjunto de agricultores y autoridades para prevenir y combatir la plaga conocida como ‘dragón amarillo’.
Señaló que rentabilidad que se tiene al obtener entre 40 y 50 mil pesos por hectárea —ya libres de gasto en las huertas limoneras— es un incentivo de gran atractivo para los agricultores, en comparación con el precio castigado del maíz y de la caña en los años recientes.
La utilidad promediada de las ventas de exportación y del mercado doméstico, supone tener en cuenta los altibajos de precios deprimidos del limón en ciertos periodos del año, sobre todo cuando se tienen las grandes cosechas de las zonas productoras de esta fruta, como las regiones de Apatzingán, Michoacán; Tecomán, Colima, y Martínez de la Torre, Veracruz.
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El limón persa jalisciense de predios ubicados a mil 500 metros sobre el nivel del mar ha tenido a su favor la cantidad idónea de horas frío, que le confieren un color verde oscuro a la fruta —muy diferente a la coloración de los limones de tierras costeñas—, lo que es muy valorado por los compradores externos que exigen una determinada presentación del producto.
El Informador