Técnicas para controlar pulgón del sorgo

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Ante el riesgo de la proliferación de la plaga pulgón amarillo del sorgo, que en el 2013 causó severos estragos en el norte de la entidad, autoridades de Sanidad Vegetal, advierten a los productores para que realicen las medidas de control oportuno.

El subdelegado agropecuario de la SAGARPA en la entidad, Jorge Luis Zertuche Rodríguez, dijo que aunque en el ciclo actual se han útilizado variedades más resistentes, así como preparado para el control biológico y químico, el riesgo es latente por la excesiva humedad.

Recordó que en el norte de la entidad se sembraron más de 750 mil hectáreas de sorgo en temporal y riego, por lo que siendo el principal cultivo en la entidad, es fundamental tomar las medidas apropiadas y oportunas para tratar de reducir al máximo el impacto por plagas.

Ya desde el año pasado se hicieron las recomendaciones para disminuir el daño del pulgón amarillo del sorgo como eliminar las hospederas, es decir, antes y después de la siembra mantener el predio y sus alrededores libres de plantas de “sorgos voluntarios”, zacate Johnson, cañita y otras gramíneas forrajeras, aplicándoles herbicidas sistémicos.

Asimismo, sembrar con semilla tratada, utilizando de preferencia insecticidas sistémicos para la protección de las plantas en las etapas iniciales, y después de tres semanas de la emergencia vigilar cuando menos una vez a la semana para evitar las infestaciones del pulgón.

Control biológico

Y de manera especial inclinarse por el control biológico del pulgón amarillo, que al igual que la mayoría de las plagas tiene una gran diversidad de depredadores (crisopas, catarinas y moscas), y avispas parasitoides, que controlan de manera natural y evitan que se incrementen las poblaciones de esta plaga.

Para ello, mencionó, una actividad importante para reforzar el control biológico natural, es realizar dos o tres liberaciones semanales de crisopa a partir de la siembra, alrededor del predio (en la maleza en brechas, drenes y canales).

Y de manera puntual, señala, dentro del cultivo a partir de las tres semanas después de la emergencia, se debe realizar tres o cuatro liberaciones semanales en las cabeceras, en una franja completa alrededor de 30 a 50 metros, para formar una barrera, y las posteriores, se realizan con intervalos semanales en todo el predio.

Destaca que cuando se utiliza esta estrategia se puede obtener un control total del pulgón amarillo a un costo muy económico y sustentable.

Sin embargo, subraya que cuando se presentan las invasiones masivas de adultos alados, se deben aplicar los insecticidas recomendados, y se sugiere utilizar los que sean menos dañinos para los insectos benéficos.

A los tres días después de la aplicación del insecticida se puede continuar con las liberaciones semanales de crisopa, debido a que es muy difícil lograr el control total del pulgón en las hojas inferiores, precisa Zertuche.

En el caso del control químico, explica que debe aplicarse cuando se observen 50 ó más pulgones por planta o mielecilla en las primeras dos o tres hojas inferiores; o bien, cuando se presenten las invasiones de adultos alados.

El control químico

Entre los principales productos sugiere los siguientes insecticidas: Imidacloprid 350 SC y Sulfoxalor 240 SC, en las dosis de 100 y 50 mililitros de producto comercial, respectivamente, disueltos en 200 litros de agua por hectárea en aplicaciones terrestres.

Recomienda que antes de agregar el insecticida, se debe utilizar un acidificante para bajar el pH del agua a 6.0, ya que éste varía de 7.0 a 9.8, dependiendo de la fuente del agua.

Precisa que cuando los insecticidas se aplican al follaje no actúan como sistémicos y matan al pulgón amarillo principalmente por ingestión y en menor escala por contacto, por lo tanto, se deben hacer aplicaciones que cubran todo el follaje para que sean absorbidos por las hojas y obtener un buen control, ya que si se aplica solamente en las hojas superiores la planta no lleva los insecticidas a las hojas de abajo.

Estos insecticidas protegen al cultivo por tres semanas y, además, controlan la mosca midge y las chinches de la panoja, señala Zertuche.

Puntualiza que para lograr un buen control del pulgón amarillo del sorgo en las aplicaciones aéreas, se necesita utilizar suficiente cantidad de agua para tener una buena cobertura del follaje; se debe utilizar un mínimo de 40 litros de agua por hectárea y 200 mililitros de Imidacloprid, y cuando se utilice 30 litros de agua por hectárea, se deben aplicar 300 mililitros de Imidacloprid, en ambos casos se debe aplicar al final en la mezcla un litro de aceite de soya de uso agrícola o aceite comestible.

Añade que el aceite evita la dispersión de las gotas finas de la mezcla, de esta manera, no hay evaporación ni arrastre del insecticida, se favorece su adherencia y absorción en el follaje, por lo tanto, hay un control eficiente de la plaga.

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