La pesquería de la curvina está en una etapa de sustentabilidad en la zona marina del Alto Golfo de California, estimó la ambientalista de Sonora, Martha Román Rodríguez.
En entrevista, dijo que esta explotación sustentable de dicho recurso, “es posible gracias a que se han tomado varias medidas, entre ellas, que desde muy temprano existe un monitoreo biológico de esta especie”.
Mencionó que este estudio y conteo se realiza en primavera, cuando pescadores de los poblados de las inmediaciones capturan dicha especie, además sirve precisamente para realizar y actualizar las regulaciones de protección al pez.
Manifestó que a grado tal está regulada esta pesquería, que en la actualidad existe una cuota establecida de pesca anual de 5.1 toneladas para cada permiso federal, que no necesariamente significa una lancha, pues puede incluir varias.
De acuerdo con los últimos datos, citó, los permisos autorizados son un total de 728, por lo que la cuota de captura para este año son 3 mil 712 toneladas de curvina, especie emparentada con la totoaba y que puede medir hasta un metro de largo.
Román Rodríguez afirmó que estos permisionarios residen en el poblado Golfo de Santa Clara, Sonora; el puerto de San Felipe, Baja California, el Bajo Río Colorado y en las comunidades de la etnia Cucapá.
Redundó que el poblado sonorense Golfo de Santa Clara se lleva alrededor del 80 por ciento de dicha cuota de captura de curvinas, también llamadas peces roncadores.
NTX