Caprinocultura mexicana se beneficiaría con ejemplares de Chipre

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La importación de cabras de Chipre es motivo de estudios zoosanitarios por parte del gobierno federal, por lo que estos animales podrían traerse a México como una alternativa de mejoramiento genético en favor de la caprinocultura.

El titular de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (Seder), Héctor Padilla Gutiérrez, señaló que las cabras chipriotas tienen a su favor características muy positivas como gran capacidad reproductiva, además de rendimientos muy buenos en producción de leche y carne.

Consideró que su importación sería muy favorable si no hay objeciones de tipo sanitario. Para el caso de Jalisco, el funcionario detalló que la genética caprina de ese país pudiera ser un factor importante para diversificar el sector pecuario, tal como ha ocurrido en otras entidades de la República Mexicana.

También destacó que la crianza de cabras debe estimularse en Jalisco, porque es una alternativa productiva que tiene a su favor un mercado de gran importancia económica.

Padilla Gutiérrez expresó que la valoración de importar las cabras, se ha dado a partir del interés del embajador de este país en México, Evagoras Vryonides, quien ha tenido nexos específicos con el gobierno de Jalisco para impulsar el intercambio económico.

Por su parte, el presidente del comisariado del ejido La Concordia, en el municipio de Lagos de Moreno, José Aguilar Marín, expresó que los caprinocultores de esta comunidad han tenido buenos resultados en la venta de las crías y de los animales ya maduros, además de la producción lechera.

Citó que los negocios distribuidores de carne de cabrito de los estados del norte del territorio nacional, ya tienen muy identificado a su ejido para comprar crías, sobre todo cuando todavía son animales de leche, lo que supone un ingreso de 600 a 700 pesos por cada ejemplar.

Si se considera que cada cabra tiene dos alumbramientos al año y en cada parto hay dos crías, entonces existe la ventaja de vender cuatro cabritos para un mercado que brinda un precio muy atractivo al productor.

Añadió que, además, se tiene la opción de venta de animales maduros para el mercado de la birria y la barbacoa, un platillo arraigado en varias regiones de México.

En el caso de su ejido, dijo que actualmente los criadores de cabras tienen un hato de tres mil hembras distribuidas en varios rebaños que se distribuyen en un área de ocho mil hectáreas, patrimonio de 180 ejidatarios.

Ante las condiciones de aridez que hay en esta región, el directivo ejidal subrayó que la caprinocultura es más recomendable como actividad, dado que resiente menos los efectos de las sequías.

La Caprinocultura en México cuenta con el rebaño más grande de cabras en América con 10 millones de ejemplares; se producen 40 mil toneladas de carne y 140 toneladas mil de leche.

Algunas de las razas del inventario caprino del país figuran la Nubia, la Saanen y la Alpina, entre otras; la caprinocultura más tecnificada se encuentra en la Comarca Lagunera y El Bajío.

Jalisco aporta cuatro por ciento de la leche de cabra. La autorización de importar cabras de Chipre requiere de un dictamen positivo, por parte del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (Senasica).

NTX

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