Convierten zona de escombros en huerto orgánico

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MEXICALI, Baja California.- Lo que era un tiradero de escombro, para la comunidad del fraccionamiento Villanova representó la oportunidad de realizar un cultivo orgánico, oportuno para sembrar no sólo verduras, sino valores de pertenencia y respeto por la tierra en niños.

Leticia Hernández es residente del fraccionamiento y presidenta del comité vecinal, convocó a la comunidad a sumarse a un proyecto que vislumbró al percibir una zona desaprovechada, colindante con el parque del fraccionamiento.

“Esto lo hicimos más que nada por los niños, para que aprecien las bondades de la tierra porque a veces nos quejamos de que los pequeños tiran la basura en el suelo, esta es una excelente manera de enseñarlos”, comentó la señora Leticia.

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Se trata de un rectángulo de tierra de aproximadamente 10 metros por 5 metros, bordeado de un cerco de alambre de pollo, con canaletas donde sembraron semillas de diversas especies.

Para realizarlo limpiaron los escombros, contrataron a una máquina que revolviera la tierra, realizaron surcos y depositaron semillas que fueron donadas por un agricultor que es padre de Rosa María Figueroa, quien también impulsa el proyecto.

El agricultor asesoró al Comité de Vecinos para llevar a cabo los cultivos, en seguida convocaron a la comunidad en donde respondieron aproximadamente 10 familias que se unieron a la siembra.

Gracias a las manos de dicha gente cuentan con un huerto de sandía, calabaza negra, calabaza larga, pepino chino, caña dulce, cilantro, melón, tomate, chile y maíz, que en algunos meses podrá cosecharse.

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“Los niños están emocionados porque les dijimos que recordaran cuál es el lugar donde sembraron sus semillitas, así podrán cosechar los frutos de su planta, están ansiosos al ver el crecimiento de su planta”, expresó Figueroa.

Para el proceso de la cosecha realizarán un evento esperando que se unan más familias, con el objetivo de enseñarles las bondades de la tierra y la importancia de consumir alimentos orgánicos.

El lugar estará siendo regado cada cuatro días por las líderes y los niños que se sumen, pretenden colgar una lona en el cerco con un mensaje de cuidado y difusión de esta actividad.

La principal lección, dijeron, es demostrar una forma de obtener un producto orgánico libre de pesticidas y herbicidas, y lo que pueden obtener de la tierra con un poco de cuidado.

“El que los niños adopten esta zona fomenta el amor y pertenencia a este espacio que literalmente es su casa, de ser un lugar abandonado surge uno productivo en armonía con el medio ambiente”, expresó Hernández.

Las líderes invitaron al resto de los ciudadanos a realizar este tipo de proyectos que no representan un gran gasto, ellas la única inversión que hicieron fue en el cerco de pollo de 200 pesos.

Este huerto indicaron que es de prueba, ya que pretenden expandirse a un lote baldío aledaño.

Concluyeron que les gustaría que las autoridades que se encargan de los huertos vecinales, se acerquen, ya que quieren expandirse con la siembra de árboles de naranjas, pero no quisieran pasar por procesos burocráticos.

La Crónica

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