El origen del mango se remonta al continente asiático, y fueron los españoles quienes lo introdujeron a sus colonias tropicales del Continente Americano, en los siglos XV y XVI.
El mango, carnoso y dulce al paladar tiene un alto contenido en vitaminas A y C, así como una gran cantidad de agua que proporciona una efectiva forma de hidratarse, nos proporciona potasio, mineral esencial y también caroteno, antioxidante de origen natural; este fruto es alto en fibra lo que mejora la digestión.
Una característica del mango radica en que la quinta parte de su contenido son azúcares convirtiéndolo en fuente de carbohidratos naturales que brindan energía a los músculos y al cerebro. El mango se consume como fruta fresca o en jugos, helados, dulces, mermeladas y conservas. Industrialmente se procesa en forma de pulpa, mermeladas, encurtidos y productos congelados.
México ocupa el quinto lugar con un millón 603 mil 810 toneladas, lo que significa que una de cada 25 toneladas de mango disponible en el mundo es de origen mexicano. El consumo anual per cápita nacional se estima en 9.8 kilogramos.
