SLP.- El cultivo de jitomate en huertos de traspatio tipo invernadero se perfila como una de las alternativas más convenientes para agricultores de Soledad, aunque se necesitan apoyos más amplios por parte del Gobierno para fomentar la llamada “agricultura protegida”.
Ayer, este Diario visitó uno de estos huertos levantado en un área de aproximadamente 100 metros cuadrados por la familia Alvarado Rodríguez.
Marisela, jefa del clan integrado en su mayoría por mujeres, explicó que el invernadero se pudo levantar con un apoyo del 90 por ciento por parte del Ayuntamiento de Soledad y que el resto lo puso la familia en mano de obra y otros insumos.
Dentro del huerto, cubierto con láminas plásticas de color blanco, existen cerca de 350 plantas con frutos ya casi listos para la cosecha.
Se trata de jitomates saladet con categoría orgánica, o sea que su cultivo es natural, sin uso de productos químicos como fertilizantes o pesticidas que alteren el proceso de crecimiento de la planta.
Acompañada de su hija Thania, la madre de familia explica que cada temporada de cultivo dura “entre seis y ocho meses”, y que al final se espera una cosecha de 800 o 900 kilos que se venden en el mercado local.
De primera vista, sus jitomates lucen tersos, de buen tamaño y atractivo aroma, producto de muchos meses de trabajo arduo y dedicación.
“Nos compran aquí para las gorditas, o quienes producen enchiladas allá en Soledad, pero vemos que la demanda es bastante y nuestra producción no alcanza; sí sería bueno que más productores aprovecharan los apoyos y le entraran a este negocio”, concluyó Marisela.
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