Originario de las sabanas secas de África, su nombre proviene de un vocablo árabe que significa “dátil de la India”.
El tamarindo pertenece a la familia de las leguminosas, es una fruta cuya pulpa de color marrón o café oscuro y de sabor agridulce, se encuentra en el interior de una vaina (cáscara) larga y curvada. Se usa generalmente con fines gastronómicos. Asimismo, se cultiva de forma extensa en México por medio de injertos (unión de un trozo de planta con otra) y semillas, bajo condiciones cálidas y semisecas.
Los principales productos que nos proporciona son dulces y bebidas refrescantes. Además, cabe destacar que su madera es empleada en el medio rural para la construcción de vivienda y elaboración de utensilios de cocina, leña, carbón vegetal e implementos de labranza. También se utiliza en la fabricación de papel, insecticidas, venenos y antimicrobianos.
Mediante la reproducción vegetativa (injerto), se produce a los 3 o 4 años de edad; y en plantaciones establecidas por semillas, entre los 7 y 10 años. Su cosecha prospera mejor en arenas costeras, suelos rocosos, profundos, ácidos y calcáreos (que contienen calcio).
A nivel nacional, México cuenta con una producción total de más de 42 mil toneladas, siendo el estado de Jalisco el mayor productor. Es también uno de los frutos que más se consumen en nuestro país, ya que se le considera un símbolo dentro de la gastronomía tradicional mexicana.
Sabías que…
Un árbol maduro de tamarindo, es decir, de unos 20 años, puede producir de 100 a 500 kilogramos de fruto por año.
