5 cosas que tienes que saber sobre la fusión de Bayer con Monsanto

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Al tercer intento, la farmacéutica Bayer logró un acuerdo para adquirir a la compañía biotecnológica estadounidense Monsanto por 66,000 millones de dólares. Además de los permisos regulatorios y corporativos, esta transacción tiene muchas implicaciones en el mercado de la biotecnología y la alimentación.

Bayer CropScience, la división de semillas del gigante alemán, se beneficiará del expertise y la cobertura del mercado que tiene Monsanto, y la compañía a la vez se respaldará en la solidez de la empresa europea, ahora que su rival suizo, Syngenta, fue comprado por más de 40,000 mdd por una empresa estatal china.

El martes, los accionistas de Monsanto aprobaron la oferta de fusión presentada por el gigante alemán.

“Se trata de un hito importante en la consecución de nuestros objetivos conjuntos. Queremos reunir dos empresas que se complementan en una y hacer realidad nuestra visión común para el futuro de la agricultura”, dijo Hugh Grant, presidente y director general de Monsanto, en un comunicado.

Asimismo, explicó que al combinar los recursos de ambas empresas, podrán ofrecer a a los agricultores del mundo productos mejores y contribuir a hacer frente a los múltiples retos mundiales, como el cambio climático y la escasez de alimentos.

Bayer ya tiene presencia en México con productos transgénicos, una muestra son las semillas de algodón, más resistentes a las plagas, que ayudaron a revivir la producción de este insumo en la Comarca Lagunera. Ésta es una de las cinco cosas que tienes que saber de esta mega unión, a continuación, te enlistamos el resto.

1. La compra más grande de la historia (y aprobada por los bancos)

Esta adquisición es, por mucho, la más grande de la historia. Bayer planea pagar 66,000 millones de dólares por Monsanto, de los cuales hasta 57,000 millones serán financiados por los bancos más grandes del mundo.

Bank of America (BofA) Merrill Lynch, Credit Suisse, Goldman Sachs, HSBC y JP Morgan estarán detrás de Bayer para otorgar el crédito puente.

Los accionistas de Monsanto recibirán 128 por dólares por título en efectivo, 44 por ciento más de lo que cotizaban las acciones el 9 de mayo pasado, cuando la firma alemana hizo su primera oferta de compra.

“Bayer cuenta con un sólido historial de reducción disciplinada de la deuda tras grandes adquisiciones y cree que el fuerte flujo de efectivo del negocio conjunto contribuirá a mejorar su perfil financiero” explicó Bayer en un comunicado sobre cómo acometerá esta gigantesca compra.

2. Cómo alimentar a 3,000 millones de personas

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), prevé que entre 2009 y 2050, la población mundial aumente entre 2,300 y 3,000 millones de personas.

Aunque esta tasa de crecimiento es menor a la que se produjo en el Siglo XX, el reto de alimentar a estos nuevos habitantes (que en su mayoría nacerán en economías emergentes) será mayúsculo mientras avance la urbanización en el mundo, aumente el ingreso per cápita y se reduzca la mano de obra en la agricultura.

“Estamos entrando en una nueva era en el sector agrícola, marcada por desafíos significativos y que requiere nuevas soluciones y tecnologías sostenibles que permitan a los agricultores producir más con menos”, dijo Hugh Grant, presidente y director general de Monsanto.

Para esto, Bayer se plantea ser un “motor de innovación” y el nuevo gigante agricultor destinará 2,500 millones de dólares anuales en investigación y desarrollo y su área de agricultura digital estará en San Francisco, California.

3. Enfrentará a otro gigante biotecnológico

Antes de que Monsanto fuera comprada, esta compañía intentó sin éxito adquirir a su rival suizo, Syngenta, que rechazó una oferta de la estadounidense.

Pero en febrero pasado, la estatal China National Chemical Corporation puso 43,000 millones de dólares sobre la mesa para comprar Syngenta y ésta aprobó el acuerdo.

El acuerdo entre Bayer y Monsanto aún está sujeto a la aprobación de las autoridades antimonopolio de Estados Unidos y Alemania. La firma de Leverkusen está confiada en que la compra siga adelante pero, de lo contrario, tendría que pagar una penalización de 2,000 millones de dólares a Monsanto.

Se espera que el proceso de compra se concrete a finales de 2017.

4. ¿Qué gana cada empresa?

Por un lado, Monsanto, que es objetivo de fuertes críticas y acusaciones sobre sus métodos e implicaciones ambientales y sociales en sus productos, gana el respaldo de una compañía mundial, que tiene más prestigio.

“Estoy convencido de que Monsanto florecerá como parte de una de las empresas más respetadas y que inspira mayor confianza del mundo”, dijo Werner Baumann, presidente del Consejo de Dirección de Bayer AG.

Mientras que Bayer se beneficiará del liderazgo de Monsanto en el ámbito de semillas y rasgos y de su plataforma de agricultura digital (climate corporation).

La sede central del área de Protección de Cultivos y la sede general de Crop Science estarán en Monheim (Alemania), mientras la sede del área de Semillas y Rasgos y la sede comercial para Norteamérica lo estarán en San Luis (Misuri, EE.UU.).

5. ¿Cómo afecta a México?
Monsanto opera en 130 países alrededor del mundo. Actualmente está permitido el cultivo comercial de sólo tres semillas transgénicas: algodón, maíz, soya y canola. En México no está permitida aún la comercialización de maíz genéticamente modificado.

Por su parte, Bayer Crop Science ya tiene presencia en México con sus semillas. Uno de los casos más destacados está en la Comarca Lagunera, región natural donde se daba la producción del algodón pero que, debido a las plagas y sus costos para combatirla, casi desapareció esta actividad.

Aunque la producción en Coahuila y Durango se encuentra muy por debajo de los máximos históricos, de no haber llegado la semilla transgénica probablemente la actividad ya no existiría en la región, afirman productores.

En 1996, debido a la situación de emergencia, el gobierno mexicano aprobó el uso de biotecnología para la siembra de algodón. Primero se hizo de manera experimental y en marzo de 2010 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó su uso comercial.

La semilla transgénica es en promedio 40 por ciento más cara que la convencional, pero las plantas son más resistentes a las plagas y a las malezas, por lo que se ahorra en el uso de herbicidas-

 

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