La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) desarrolla un plan para incentivar la agroecología, el respeto y la conservación del patrimonio biocultural del país, para proteger la vida de los mexicanos ante el embate de alimentos producidos con pesticidas y agroquímicos, y revertir el modelo agronómico de monocultivos.
Para la dependencia, el tema de los alimentos sanos y de calidad está íntimamente ligado con la protección del medio ambiente, y considera es la única alternativa para transformar la agricultura campesina y la moderna industria en una actividad con fundamentos ecológicos.
Para ello, elabora el Programa Nacional de Transición Agroecológica y Patrimonio Biocultural, con el objetivo de garantizar el derecho humano a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.
Ramón Mariaca Méndez, responsable del área de Agroecología y Patrimonio Biocultural, explicó que el programa será validado por la sociedad a través de su participación en talleres apoyados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Programa Nacional de Transición Agroecológica lo conforman cinco ejes: conocimiento y educación agroecológica y de patrimonio biocultural; uso y manejo sustentable del territorio; disminución del riesgo socioambiental; gobernanza para la transición, y difusión.
Cada uno de ellos cuenta con estrategias y acciones que buscan establecer los conceptos de agroecología y patrimonio biocultural en los instrumentos de política pública ambiental, tanto jurídicos como institucionales.
Asimismo, se trabajará en valorar y fomentar el conocimiento y cultura de los pueblos originarios sobre el manejo de sus recursos naturales, así como el de campesinos tradicionales y de organizaciones comunitarias y regionales.
El servidor público detalló que entre los retos del Programa está convencer al gremio agronómico y a los grandes agroproductores, de que hay una forma más noble y distinta de producir alimentos, así como a los científicos experimentales para ayudar a potenciar el conocimiento campesino.
Asimismo, convencer al consumidor final, acostumbrado a un concepto de calidad extrema y apariencia externa de los productos, a reflexionar sobre el beneficio ambiental y para la misma vida al lograr estos estándares.
Mariaca Méndez señaló que se tiene que convencer a la sociedad a lograr cadenas cortas y justas de comercialización de los productos agrícolas, donde el principal beneficiario sea el propio productor, su familia, su campo y su cultura, no los intermediarios.
Expuso que el programa contempla la defensa del maíz, como parte de la cultura e incluye la atención a la crisis generada por la desaparición de los polinizadores, además del programa para lograr la prohibición paulatina de la importación del glifosato y otros agroproductos dañinos para la salud humana y ambiental.
Enfatizó que urge reforzar la agroecología y exaltar la defensa y conservación del patrimonio biocultural nacional. “Esta pandemia que enfrentamos debe hacernos reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza. Sin duda es un llamado de atención”, aseguró.