Como parte del plan que opera la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural para prevenir la entrada y diseminación de la peste porcina africana (PPA) al país, especialistas de salud animal afinan con la Organización de Porcicultores Mexicanos (Opormex) una estrategia de regionalización con el fin de establecer territorios libres de la enfermedad para que, en caso de que ingresara, se mantenga el comercio internacional de las zonas no afectadas.
El plan se ajusta a los lineamientos y recomendaciones que establece la Organización Mundial de Comercio (OMC), en el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, el cual subraya que los gobiernos deben reconocer regiones situadas en su territorio, como fuentes seguras para la exportación de mercancías agroalimentarias, y de esta manera evitar que, ante la presencia de una plaga o enfermedad, se apliquen restricciones en todo el país.
Con este esquema, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y la industria organizada buscan proteger a las diferentes regiones porcícolas, las cuales se ubican principalmente en las zonas sur-sureste (Yucatán), centro-golfo (Puebla y Veracruz), centro-occidente (Jalisco, Guanajuato y Michoacán) y noroeste (Sonora), que en conjunto producen 78 por ciento de cárnicos de cerdo.
Esto implica que si el Senasica detectara un brote de la enfermedad en cualquier región el resto de los centros de producción porcícola podrían seguir comercializando sus productos, con la condición de cumplir ciertos lineamientos que establecería el organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
El director de Campañas Zoosanitarias del Senasica, Gabriel Ayala Borunda, detalló que la regionalización engloba una serie de acciones dirigidas a garantizar el estatus sanitario de una o varias zonas del territorio nacional ante una emergencia zoosanitaria a través del análisis de ciertos factores como las condiciones naturales, la situación geográfica, las barreras legales como los límites estatales o entre países y los patrones de comercialización de cerdos.
Subrayó que, en la mayoría de las regiones porcícolas del país, se cuenta con fortalezas para enfrentar la presencia de una enfermedad exótica, como la PPA, por lo que es factible utilizar la estrategia de regionalización para mantener abiertos los mercados nacionales e internacionales.
En ese sentido, el trabajo que desarrolla actualmente la Dirección General de Salud Animal con la industria porcícola es fundamental para complementar las acciones preventivas, proteger la economía de los productores de las regiones y garantizar el abasto nacional de productos porcícolas.
En México el reconocimiento de zonas libres para enfermedades y plagas animales es un procedimiento aplicado desde hace varios años. A la fecha, Senasica reconoce 180 regiones libres, las cuales están publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Las 32 entidades están reconocidas como zona libre de fiebre porcina clásica, salmonelosis aviar y de las enfermedades de Aujeszky y de Newcastle. Asimismo, hay 14 regiones libres de influenza aviar, seis de garrapata, 15 de mionecrosis infecciosa, 15 de enfermedad de la cabeza amarilla del camarón y dos de brucelosis.
Senasica evalúa diversos elementos para reconocer áreas libres, entre ellos: delimitación de la región, población animal, recursos humanos, capacidad de diagnóstico, vigilancia epidemiológica, medidas de bioseguridad y buenas prácticas de producción que se aplican, grupos de emergencia establecidos, control de movilización, inspección en centros de sacrificio y actividad de comercio exterior que presenta la zona.
Es importante señalar que México es el 13º productor mundial de carne de cerdo, con más de 1.6 millones de toneladas.
Además de surtir el mercado interno, los productores exportan a diversos destinos internacionales, como Japón, China, Corea del Sur, Singapur, Vietnam, Estados Unidos, Canadá, Chile y Hong Kong.