Adoptan pescadores nuevas estrategias para alcanzar capturas responsables y con mayor rentabilidad: Agricultura
Al concluir el 2022 como Año Internacional de la Pesca y la Acuacultura Artesanales (AIPAA), que estableció la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es necesario dar continuidad a todas las acciones de manera efectiva y fortalecer con investigación científica para avanzar en el camino del desarrollo sostenible.
El director general del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), Pablo Arenas Fuentes, enfatizó que la pesca artesanal es una de las prácticas más importantes para el desarrollo de la humanidad, puesto que inició como una actividad de recolección –con elementos y procedimientos convencionales- y para consumo propio.
Hoy en día, sostuvo, los pescadores han impulsado cambios transformadores y han adoptado nuevas estrategias, insumos y niveles bajos de tecnificación e inversión para viajar cerca de las costas, con embarcaciones relativamente pequeñas con el objetivo de alcanzar una captura responsable y obtener una mayor rentabilidad.
De manera particular, expuso, el 2022 evidenció el “enorme potencial” de la pesca y la acuacultura artesanales en pequeña escala para los sistemas alimentarios, medios de vida y contra los efectos del cambio climático.
Manifestó que el sector también ha demostrado su capacidad para garantizar seguridad alimentaria y nutrición a una población cada vez más creciente. En 2020 se contabilizaron más de 126 millones de mexicanos y este número aumentará a 148.2 millones en 2050, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Consejo Nacional de Población (Conapo).
El profesor e investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Alejandro Espinoza Tenorio, refirió que si bien la reciente pandemia puso de relieve las problemáticas y los desafíos de la pesca y la acuicultura artesanales en pequeña escala también obligó al subsector productivo a innovar.
En los dos últimos años, comentó, los jóvenes hicieron un esfuerzo importante para diseñar estrategias e impulsar medidas –con apoyo del gobierno, organizaciones no gubernamentales y academia– para continuar con la operación del subsector pesquero.
En algunos casos se optó por hacer uso de las redes sociales para la promoción y la venta de sus productos pesqueros en las comunidades locales, mientras que otros diseñaron aplicaciones móviles para llevar un registro, orden y almacenamiento de las capturas diarias, ejemplificó el galardonado como investigador promotor de la pesca y la acuacultura en pequeña escala por el Comité Directivo para el AIPAA en la región de la Comisión de Pesca para el Atlántico Centro-Occidental (Copaco).
“Estamos viviendo momentos de cambios muy significativos, con un relevo de cambio generacional, y eso va a permitir repensar el concepto de pescador que teníamos”, expresó Espinoza Tenorio.
Destacó la gran oportunidad de la pesca y la acuacultura artesanales para las más de 250 mil personas inmersas en ellas y quienes capturan especies como camarón, pargo, atún, ostión, langosta, abulón o pulpo.
Pese a ese potencial, el especialista manifestó que la pesca y la acuacultura artesanales en pequeña escala se enfrentan a problemas específicos como la sobrepesca y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
A ello se suman, refirió, la degradación de los hábitats –que es originada por la contaminación y el cambio climático y la falta de actualización del sistema de entrega de permisos para captura, entre otros.
“Es urgente redoblar esfuerzos porque nos queda poco tiempo para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030”, acentuó.
“Considero que se ha logrado, parcialmente, visibilizar al sector. He visto un sector muy activo y las organizaciones no gubernamentales, la academia y el gobierno muy comprometidos en reflexionar en el estado de la pesca y la acuacultura artesanales”, subrayó.
Desde hace 60 años, indicó, el Inapesca coordina, orienta y realiza investigación científica y tecnológica sobre los recursos pesqueros y acuícolas con criterios de sustentabilidad para su administración y conservación, a través de investigación, innovación, desarrollo y transferencia de tecnología.
En esos años se ha contribuido con instrumentos de ordenamiento y sustentabilidad, como las cartas nacionales Pesquera y Acuícola, opiniones, dictámenes técnicos, normas, planes de manejo pesquero, zonas de refugio pesquero y otros para promover y asegurar el manejo sustentable de los recursos acuáticos, añadió.