El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) impulsa el uso de sistemas silvopastoriles para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el ganado.
Ello ante el aumento en la demanda de productos de origen animal, por el creciente aumento poblacional.
La Unidad San Cristóbal de las Casas del Ecosur expuso que la demanda creciente de productos de origen animal y la forma de producción de esos alimentos han provocado que los sistemas de producción ganadera liberen a la atmósfera el 18 por ciento del total de gases conocidos como de efecto invernadero (GEI).
En un comunicado, indicó que la producción de esos GEI ocurre de forma directa, principalmente por el mal manejo de las excretas que liberan óxido nitroso, y por la producción de metano en el rumen y tracto digestivo de los animales.
De forma indirecta, al sustituir selvas y bosques por praderas de pasto provocan la liberación de dióxido de carbono y por la aplicación fertilizantes sintéticos que emiten a la atmósfera óxido nitroso.
En este contexto, reiteró, el Ecosur busca estrategias que repercutan positivamente en la economía de los agricultores, que mejoren las condiciones ambientales del sistema agropecuario y el bienestar animal, y que apoyen la recuperación de áreas degradadas por el pastoreo o sobrepastoreo.
Además, promueve la diversidad biológica, preservación de recursos críticos como el agua y el suelo, y provisión de alimentos sanos y seguros con valor adicional para los consumidores.
Aclaró que desde la aproximación del manejo de los recursos ambientales cada vez se entiende mejor que uno de los múltiples factores clave para impactar positivamente en las estrategias de mitigación es la promoción y reincorporación de árboles y arbustos nativos en las áreas de pastoreo.
Esto, agregó, implica necesariamente cambiar la concepción que se tiene de la ganadería bovina extensiva, que es la proveedora de becerros y donde se concibe a los árboles y arbustos de la vegetación natural como plantas no deseables en los potreros de gramíneas.
Antes de la adopción de los modelos de ganadería bovina con extensas praderas, la ganadería hacía uso de la vegetación natural y de otros recursos locales donde se practicaba. En Chiapas estas prácticas persisten por medio de muy pocos agricultores.
Se han rescatado algunas especies de arbustos y árboles para promover nuevos modelos conocidos como sistema silvopastoriles que se adaptan a cada condición local y que han mostrado sus bondades en términos productivos, de bienestar animal, económico y ambiental, inocuidad en los alimentos, y sostenibilidad en la producción.
En el terreno ambiental y de la salud animal, el uso de algunas de estas plantas, que tienen compuestos conocidos como metabolitos secundarios, sustancias que favorecen el control de parásitos en los animales, pueden ayudar a reducir significativamente la producción del gas metano que se libera a la atmósfera.
La disminución de la producción de gas metano en un animal rumiante, como el bovino, significa un ahorro de energía que éste puede usar para crecer o producir carne o leche, de ahí la relevancia de investigar las mejores estrategias en sistemas locales para reincorporar las distintas especies de plantas.
Planteó la importancia de que se priorice la capacidad de resiliencia y adaptación a los efectos del cambio climático, en zonas ganaderas de Chiapas.
Por ello se están integrando esfuerzos interinstitucionales en la búsqueda de modelos prácticos de sistemas silvopastoriles con una visión integral holística, que combine la agroecología y la conservación.
A la par, agregó el comunicado, ”estamos desarrollando métodos de aplicación en campo y en laboratorio para medir la contribución de los sistemas silvopastoriles en la reducción de la producción de metano y óxido nitroso, y se desarrollan modelos para evitar la transformación de selvas a praderas”.
NTX
