El Moko del plátano es una enfermedad provocada por la bacteria Ralstonia solanacearum raza 2 (antes Pseudomonas solanacearum). Este patógeno ataca a todas las variedades de plátanos triploides de los grupos AAA (bananos), AAB (plátanos) y ABB (guineos). Asimismo, infecta a otras especies de Musáceas y especies de Solanáceas a las cuales les ocasiona la muerte. México se considera dentro de los 10 países productores de plátanos más importantes. Esta enfermedad fue detectada por primera vez en 1840, en la Guayana Británica y apareció en forma epidémica en Trinidad en 1895, en la actualidad se encuentra presente en varios países productores de plátano de América, donde causa grandes pérdidas anuales.
El primer reporte de la presencia del Moko del plátano en México se registró en 1960 en la zona bananera de Tapachula, Chiapas y posteriormente en 1968. En 1972 se reporta en la región del Soconusco y en 1991, se confirmó su presencia en Teapa, Tabasco. Actualmente, la enfermedad se encuentra reportada en 26 municipios de los estados de Chiapas, Tabasco, Nayarit, Hidalgo y Veracruz, aunque en estos últimos tres con brotes localizados.
La campaña contra el Moko del plátano opera en Chiapas, Tabasco y Nayarit; con el objetivo de reducir el riesgo de dispersión a zonas sin presencia, reduciendo los niveles de infestación en las zonas bajo control fitosanitario para mejorar su estatus. Para ello, se implementan acciones considerando hacer uso del Manejo Integrado de Plagas (MIP), que como señala el texto del Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas de la FAO, se trata de “la cuidadosa consideración de todas las técnicas disponibles para combatir las plagas y la posterior integración de medidas apropiadas que disminuyen el desarrollo de poblaciones de plagas y mantienen el empleo de plaguicidas y otras intervenciones a niveles económicamente justificados y que reducen al mínimo los riesgos para la salud humana, la salud animal o el medio ambiente”.
Tomando en cuenta lo anterior en la campaña se llevan a cabo las siguientes acciones: 1) Muestreo, con la finalidad de detectar oportunamente los brotes de la enfermedad en las fincas; 2) Control de focos de infestación (control cultural y químico), para eliminar las plantas enfermas y disminuir el riesgo de dispersión a otras zonas que se encuentran libres, así mismo, se toman medidas preventivas (instalación de tapetes sanitarios, acordonamiento de los focos de infestación) en los predios con el objetivo de evitar la dispersión del patógeno; adicionalmente, en los predios sin antecedente de la enfermedad se toman y envían muestras a un laboratorio fitosanitario aprobado para su respectivo diagnóstico. Como actividades complementarias se realizan capacitaciones a productores sobre el control y manejo de la enfermedad; finalmente para reforzar las acciones de la campaña se realizan actividades de divulgación mediante póster y spots de radio.
La estructura operativa para implementar las acciones citadas anteriormente es de 13 técnicos; entre los que se encuentran coordinadores y responsables de la campaña, profesionales fitosanitarios así como auxiliares de campo. Derivado de lo anterior, el impacto que ha tenido la campaña es que la enfermedad no ha sido dispersada hacia otras zonas diferentes de donde se ha detectado su presencia. A pesar de la intensidad de los fenómenos naturales que han provocado inundaciones en Tabasco; se ha logrado mantener un equilibrio entre los brotes de Moko detectados y los brotes erradicados, además de que no se ha registrado un incremento en el nivel de incidencia.
Para el 2014, la campaña opera con un presupuesto de $4,653,842.00, con lo que se protege la superficie sembrada de plátano en el país que es de 75 mil 315 hectáreas distribuidas en 15 Entidades de la República Mexicana, con una producción total de 2.2 millones de toneladas, cuyo valor se estima en 5 mil 780 millones de pesos (SIAP, 2013). De no implementarse acciones fitosanitarias podrían incrementar los niveles de infestación, así como el número de brotes de la enfermedad y dispersarse a otras zonas donde actualmente no se tiene presencia de R. solanacearum raza 2.
Las hojas jóvenes se tornan verde-pálidas o amarillas. Semanas después todas las hojas se pueden colapsar
Síntomas avanzados de la enfermedad