El Gobierno federal a través de la Semarnat y la Profepa, entre otras dependencias, está viendo el asunto de la pesca ilegal de totoaba, una especie marina en peligro de extinción y cuya captura está vedada desde hace varios años para alentar su reproducción, aseguró el diputado federal Adán Ruiz Gutiérrez.
Al responder a una pregunta sobre las denuncias de residentes del puerto de San Felipe sobre la pesca furtiva que realizan cientos de pangas desde hace muchos meses, pero intensificada en los primeros meses del 2015, el legislador explicó los proyectos de apoyo económico para los pescadores.
“Esta situación se terminará con la implementación de la veda total de varias especies que dará inicio a mediados de marzo, la cual durará 24 meses en que nadie podrá salir al mar a pescar, aunque se analiza la posibilidad de que se autorice únicamente la pesca deportiva de la totoaba…”
La veda es principalmente para la protección de la vaquita marina, un animal marino del tipo de marsopas, de las cuales hay cinco especies en el mundo y ésta solo se encuentra en un área de 5 mil kilómetros cuadrados del golfo de California, el cual será resguardado en cuanto se aplique la cotada medida.
El legislador estuvo como invitado especial en la reunión sabatina del grupo político Lázaro Cárdenas que preside Filiberto Hernández González, a la cual acudió la diputada federal Fernanda Schroeder Verdugo, en donde Ruiz Gutiérrez aseguró que los pescadores no quedarán desamparados.
Esto se debe al acuerdo firmado hace semanas por la Semarnat, la Profepa y Sedesol con miembros de las cooperativas de pescadores de la zona, en base a un documento denominado Impacto Moderado 34164 que establece las condiciones de apoyo y que en total sumaran 1 mil 036 millones de pesos.
Se invertirán cada uno de los dos años 518 millones de pesos, de los cuales 271 millones 48 mil pesos serán para la compensación de los dueños de los permisos, 135 millones 524 mil directo para los pescadores y 83 millones 402 mil destinados a la cadena productiva, como mecánicos de panga, comercializadores, para instaladores de redes, entre otros.
También se ha contemplado la aplicación de 28 millones 200 mil pesos a la vigilancia comunitaria contenidas en el proyecto denominado “Presentación de esquema de compensación a pescadores del Alto Golfo de California” y que fue elaborado por la Semarnat y autorizado por todos los firmantes.
La vigilancia a cargo de Profepa se realizará por medio de lanchas equipadas para vigilancia nocturna y diurna, aviones no tripulados conocidos como drones, por medio de los cuales se detectará cualquier violación a la veda y será aplicada la ley.
Asimismo, el diputado federal consideró que aparte de estas medidas de tipo económico, se tendrán que ver otros esquemas de tipo social emergente con la finalidad de desarrollar otras actividades productivas aprovechando el potencial que tiene dicho puerto.
Por otro lado, aclaró que el anterior programa de ayuda a los pescadores se aplicará también en la comunidad del Golfo de Santa Clara, en donde se tienen registrados casi el doble de personas que se dedican a esta actividad que en San Felipe, a pesar de que éste tiene más población.
Piden frenar pesca furtiva
Mientras tanto, residentes de aquella localidad costera, entre ellos ex pescadores preocupados por el tema ambiental y la protección de las especies, lamentaron que a pesar de la serie de denuncias que se hicieron sobre la pesca clandestina, las autoridades responsables no hayan hecho nada.
Uno de ellos, quien se identificó como Andrés Gutiérrez, indicó que han sido cientos de totoabas capturadas para quitarles el buche y que todavía el miércoles anterior en una de las playas cercanas al pueblo había varios cadáveres en avanzado estado de descomposición.
Aseguró que hay incredulidad en torno a que se vaya a respetar la veda que iniciará en unos días para proteger a la vaquita marina, la cual, aseguró, sigue siendo capturada en las redes, al igual que la Totoaba, lo que agrava esta acción, pues se trata de dos especies en peligro de extinción.
“Sino van actuar, de nada servirá el decreto que prohibirá la pesca de casi todo; lo malo que se ha estado capturando a hembras preñadas que se dirigían a desovar al delta del Río Colorado, que es el lugar a donde se dirigen acompañadas por los machos como señal de protección…”.
Aunque dijo no saber cómo son los mecanismos de comercialización del buche de totoaba, aseguró que a diferencia de la mayoría de los residentes en el puerto, es un grupo de personas dedicado a esta pesca quienes se benefician económicamente y son dueños de panga y trabajadores que realizan su actividad de manera nocturna.
Insistió en que la putrefacción de las totoabas muertas alimentan al plancton de la tóxica “marea roja” que se convierte en un círculo vicioso que da la impresión de que ésta puede ser la causante de la muerte de varias especies marinas, cuando lo cierto es que los mismos pescadores furtivos provocan el fenómeno.
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