Oaxaca.- El delegado federal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Manuel García Corpus, recomendó a los productores que si saben que habrá sequía el próximo año, “mejor no siembren sorgo”, lo cual dejará en el limbo al menos a unos dos mil productores que viven de la siembra y cosecha de este grano.
En conferencia de prensa, el funcionario recalcó que la Sagarpa sólo cubre el riesgo por sequía en 13 mil 414 hectáreas de 41 municipios del Istmo, por parte del seguro catastrófico 2015, pero no por riesgo fitosanitario, por lo que como ya se sabía, no hay apoyos por la plaga del pulgón amarillo.
“Se ha apoyado a los productores sorgueros. Mandamos previamente a los productores a Veracruz para que les explicaran los riesgos de lo que implicaba el pulgón amarillo; ahí la causa principal fue la sequía que propició las condiciones de la propagación del pulgón amarillo… Si la sequía va a ser recurrente, la recomendación de la secretaría es: no sembremos sorgo”.
Manuel García Corpus dijo que el seguro contratado por el gobierno del estado sólo cubre sequía, pues las enfermedades no están contempladas.
Aunque admitió que hay plagas en otros cultivos como el melón, sandía y mango, no dio alternativas de qué pueden sembrar los campesinos que dejarán de sembrar sorgo por la sequía, sólo justificó que se trabaja en la erradicación de todas las plagas agrícolas y problemas como brucelosis, salmonelosis y rabia, en cuanto al tema ganadero.
EL PULGÓN AMARILLO
El pulgón amarillo es endémico de África, se puede hospedar en cultivos de sorgo, avena, caña de azúcar, trigo y cebada. De acuerdo a la Sagarpa, en México se reportó por primera vez en 2013 en el municipio de Méndez, Tamaulipas.
Para finalizar, una sola planta puede ser atacada hasta por 30 mil insectos. Los pulgones succionan la savia de los tejidos de la planta y producen melaza, propiciando el crecimiento de fumagina, que es el desarrollo de un hongo en las plantas, afectando la fotosíntesis y provocando necrosis. Los síntomas son retraso del crecimiento en floración, llenado de grano deficiente, incluida la pérdida de calidad y bajo rendimiento, entre otros.
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