Zitácuaro, Michoacán.- Con mucho, la nochebuena lleva la ventaja para convertirse en la flor símbolo del municipio de Zitácuaro, en especial en las comunidades de San Felipe Los Alzati, Ziráhuato y Ocurio, donde gran parte de sus habitantes dedican todo el año a su cultivo, cuidado y venta. Por eso, para ellos este 8 de diciembre será un día especial.
La nochebuena es un regalo de México para el mundo. Se ha convertido en sinónimo de la Navidad tanto en Europa como en Norte y Sudamérica. Para Zitácuaro es una fuente de ingresos que sostiene económicamente a las comunidades de la zona otomí.
Este 8 de diciembre se celebra el Día Nacional de la Flor de Nochebuena, festejo impulsado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para difundirla aún más y resaltar su importancia para el campo mexicano.
En Zitácuaro se ha convertido en una forma de vida para las comunidades indígenas otomíes, quienes la adoptaron como propia desde la década de los 80.
Fue en esa época en la que en la tenencia de San Felipe se instalaron viveros de empresas foráneas. Los habitantes de la comunidad fueron contratados como trabajadores y aprendieron el cultivo de las flores.
De ellas fue la nochebuena la que más se desarrolló y la que esos trabajadores comenzaron a cultivar en sus parcelas con los conocimientos adquiridos. Poco a poco construyeron sus viveros y comenzaron a sacar su producción a diversos mercados.
En la década siguiente, en los 90, el cultivo comenzó a extenderse a la tenencia de Ziráhuato y Ocurio con apoyos aislados de los gobiernos municipal, estatal y federal.
Pero fueron los buenos resultados de la venta los que lograron que cada vez más familias se dedicaran a la nochebuena, esto pese a que requiere trabajo y cuidado continuo desde marzo hasta noviembre.
Hoy en día Zitácuaro es una potencia nacional en la producción de la nochebuena, con una producción de 7.5 toneladas para la temporada navideña de 2015. Prácticamente se pone al nivel de Morelos y por encima del Estado de México y el Distrito Federal.
El año pasado se generó una derrama económica de 175 millones de pesos y genera tres mil empleos directos en las comunidades ya mencionadas. Se producen más de 30 variedades de colores como rojo, rosa y blanco en diversas tonalidades además de marmoleado.
La superficie sumada de los viveros que se dedican a la flor de nochebuena es de unas 85 hectáreas y los productores registrados son más de 650, además de otros más pequeños.
Pero no todo es color de rosa, porque el problema es el intermediarismo, que se queda con parte de la producción y la mayoría de las ganancias (muchos de ellos, “productores” de Xochimilco, que comercializan la flor en la capital como si fuera cultivada por ellos).
Así que los productores tienen que salir a buscar mercados y se aventuran cada vez más lejos, como la ciudad de Torreón, Coahuila, así como todo el estado de Guanajuato, Guadalajara, Monterrey y Nuevo Laredo, en la frontera con Estados Unidos.
Otro reto para los productores de nochebuena de Zitácuaro es producir aquí mismo el esqueje, o sea, la semilla germinada, que tiene que ser adquirida cada año a empresas de Morelos, lo que genera una dependencia y eleva el costo de producción.
Para ello se requeriría apoyo gubernamental a fin de establecer una planta en el municipio a la que acudieran todos los productores. Pero aunque se ha prometido en el pasado aportar el recurso para su construcción, hasta el momento se ha quedado sólo en palabras.
No obstante, los productores de nochebuena continúan con su labor y anuncian desde noviembre el inicio de la navidad en el municipio, porque instalan sus plantas de nochebuena a bordo de carretera, para su venta. Así la llegada a Zitácuaro, por la carretera a Morelia se pinta de rojo intenso y verde.
Son los mismos colores que viajan a todo el país y que alegrarán las navidades de millones de familias, que tendrán con ellos, en su cena de nochebuena, un pedazo de Zitácuaro, de su tierra, de su sol y del trabajo de manos indígenas.
Nativa de México, la Euphorbia pulcherrima, es conocida comúnmente como flor de Navidad, nochebuena, pastora, pascuero, flor de Pascua; en Estados Unidos se le llama poinsetia, y en Argentina, estrella federal. Es oriunda de regiones tropicales de México, principalmente de la ciudad de Taxco, estado de Guerrero.
En la época prehispánica, los antiguos mexicas la llamaban, en náhuatl, cuetlaxóchitl (vocablo que proviene de la unión de dos palabras cuetlaxtli, que significa “cuero”, y xóchitl, que significa “flor” o “la reina de las flores”) o “flor que se marchita”, o “flor de pétalos resistentes como el cuero”. Para los aztecas su color rojo simbolizaba la sangre de los sacrificios que ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas.
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