Anuncia Sagarpa plan de reconversión de cultivos

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A partir de este año, el Gobierno federal, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) lleva a cabo un plan de reconversión de cultivos, con la intención de generar empleos, disminuir las importaciones y promover cadenas productivas que beneficien sobre todo a los pequeños productores.

Sin embargo, especialistas consideran que la reconversión debe hacerse de manera estudiada y bien planificada, de lo contrario no prosperará, como ha ocurrido desde hace diez años.

Homero Melis Cota, director general de fomento agrícola, de la Sagarpa, dijo, en entrevista, que en los próximos tres años se pretende reconvertir el 80 por ciento de los proyectos planteados en entidades como Chiapas, Campeche, Tabasco, Veracruz, Sonora, Sinaloa y Chihuahua, para hacer más rentable la producción.

Para la reconversión, dijo, se utilizarán cultivos perennes, que requieren mayor mano de obra y generan más utilidad por hectárea, esto es, entre cien mil y 150 mil pesos, o bien 50 mil pesos si se trata de agricultura protegida.

Los productos a incentivar serán palma de aceite y hortalizas, en el sur-sureste; cítricos y nogal en el norte.

Actualmente, señaló, en el sur-sureste hay varios cultivos temporales, sobre todo maíz, que tienen bajo rendimiento, ya que se cosechan entre tonelada y media a dos toneladas, que de ser reconvertidos, tecnificados, además de organizar a los productores y vincularlos con la industria, se lograría mayor valor de producción.

Añadió que en el sur-sureste donde comunidades siembran maíz para autoconsumo y donde se concentran la mayor variedad de maíces nativos, la propuesta es que una parte de la tierra la reconviertan y en el resto continúe la siembra del grano

En el caso del norte, dijo, Sinaloa tiene excedente en la producción de maíz blanco, por lo que ahí se podrían reconvertir algunas hectáreas con mango y cítricos.

De acuerdo con el Programa Sectorial de Desarrollo Agropecuario, Pesquero y Alimentario 2013-2018, el propósito es reconvertir cultivos en medio millón de hectáreas (en México 145 millones de hectáreas son para actividad agropecuaria, de las cuales 30 millones son tierras de cultivo).

Señala que uno de los problemas que hay en el campo mexicano es que el 80 por ciento de los productores poseen predios menores a cinco hectáreas, lo que implica que no cuentan con escala productiva y enfrentan problemas de organización que limitan en gran medida su productividad y competitividad.

Melis Cota reconoció que la tarea ha sido ardua, ya que algunos productores son reacios al cambio.

Tras indicar que el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) apoyará con asesoría técnica, Melis Cota dijo que los proyectos están planteados en zonas donde hay mucha pobreza y hay escasez de tecnología e infraestructura, como en el sur-sureste, o bien donde hay un excedente de algunos productos, como el maíz blanco en Sinaloa o de trigo cristalino en Sonora.

“Obviamente se están analizando las zonas, lo que hay que poner en un municipio o en una region; hay que ver qué industria va a estar cerca, el número de hectáreas para que haya transporte, y que no al rato se tenga un problema de flete. Todo eso se está armando de manera bien planeada con cada región”, aseguró.

Indicó que ya hay unas 75 mil hectáreas en reconversión, que involucra a doce mil productores, cifras que se pretende duplicar en los próximos tres años.

Raúl Nieto Ángel, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo, señaló que es necesario hacer un diagnóstico de la situación de las zonas, de las condiciones ambientales y, con base en ello, promover cultivos idóneos.

De lo contrario, advirtió, la intención de reconvertir no pasará de un mero anunció.

“Esto va a ser más de lo mismo. Lo pueden decir, pero dónde está el programa, dónde está el dinero. Todo lo del combate contra el hambre han sido migajas. Han sido paliativos, pero eso no resuelve la pobreza y el abandono en el campo. Debe haber programas serios, objetivos”, dijo el investigador.

Los programas, abundó, deben ser de acuerdo a las necesidades del productor, esto es, dirigidos unos a los agroempresarios, otros a los productores medianos y otros para los pequeños productores, que son el 83 por ciento.

Indicó que a reconversión que se ha llevado a cabo ha sido por iniciativa de los propios productores, quienes ante el cambio climático han tenido que cambiar sus cultivos.

Es el caso, dijo, de la región de la cañada entre Puebla y Oaxaca, donde la gente cultivaba caña de azúcar, pero ante las sequías optó por sembrar limón, mango y aguacate, cuyas raíces penetran más en el suelo y pueden obtener agua.

“No es iniciativa del gobierno; generalmente el gobierno va atrás. Primero o hace la gente, luego llega el gobierno y empieza a promover”, dijo Nito Ángel.

María Esther Terán Velázquez, presidenta de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR), señaló que es necesario revisar la situación de cada zona, e incluso de cada productor, para llevar a cabo una reconversión de cultivos en el país.

“Hay que ver qué es lo conveniente, porque son situaciones muy específicas. Reconvertir cultivos no significa voltear las tierras y cambiar. Lo que sí se debe hacer es determinar dónde está la demanda y llevar a cabo hacer una planeación estratégica, que le corresponde hacer al Gobierno.

“Hay que ver también si sirven sus tierras para determinado cultivo, que sean aptas, que no le va a impactar, si es favorable, que no va a ser un gasto, sino que va a ser totalmente una inversión sana”, dijo Terán Velázquez.

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