La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), fundó las Escuelas de Campo (ECA) a finales de los años 80, como respuesta a la crisis de producción de alimentos en países asiáticos.
Los agricultores mejoran sus métodos de trabajo cuando asisten a las ECA dirigidas al sector agrícola, en esos espacios aprenden nuevas prácticas, alternativas y conocen tecnologías aplicables dentro de su respectivo ámbito. Su capacitación, impartida por un guía o facilitador, generalmente un extensionista, se lleva a cabo en medio de los terrenos de cultivo.
En México, a través del modelo Escuelas de Campo, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) impulsa la capacitación y la asistencia técnica, como un factor tecnológico que detona el proceso de adopción y desarrollo de innovaciones para apoyar a los agricultores a producir más y mejorar sus condiciones de vida.
En la actualidad, las Escuelas de Campo capacitan y promueven el aprendizaje, dominio y adopción de tecnologías mediante el proceso “aprender haciendo”, bajo un sistema de acompañamiento técnico a los campesinos para retroalimentar su conocimiento, con profesionales del extensionismo.
Las Escuelas de Campo son una vía para aplicar a mayor escala tecnologías que estén al alcance de agricultores, en especial de pequeños productores de zonas vulnerables.
Sabías que…
Al final de la capacitación en una escuela de campo, los agricultores obtienen un título y un certificado.