La granizada que se registró en Samalayuca dejó en realidad 181 hectáreas de cultivos siniestradas, dijo José Rafael Olivas Gutiérrez, jefe del Distrito de Riego 09 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Agregó que la precipitación pudo darse en mil hectáreas, como informaron algunos agricultores, pero no necesariamente eran de cultivo sino de pasto y otras superficies no productivas.
Explicó que las granizadas se presentan en bandas, delgadas y largas, que dan la impresión de que las superficies afectadas son mucho mayores.
La precipitación de granizo, que midió una pulgada en algunas zonas y en otras fue del tamaño de una pelota de golf, se abatió en los ejidos Samalayuca, Villa Luz y Ojo de la Casa.
Desde el mismo día de la granizada, que se registró el miércoles a las cuatro de la tarde, acudió personal de esa dependencia federal a hacer un registro de afectaciones, informó.
Esa tarea continuó el jueves y ayer viernes se tenía ya un censo de daños:
Se afectaron 70 hectáreas de calabaza, 5.5 de chile, 3.5 de ajo, 1.5 de tomate, 2.5 de tomatillo, 0.5 de pepino, 0.5 de rábano, 20 de cebolla, una de chile morrón, 3 de repollo y 73 de nogal, expresó.
“Nosotros ya tenemos un conteo al 100 por ciento y andamos en el orden de 181 hectáreas, incluyendo 73 de nogal y 108 de cultivos anuales”, añadió.
Las afectaciones son aquellas que se registran en cultivos donde hay plantas, sobre todo aquellas que ya están a punto de producir, dijo.
Ahora lo que procede es hacer un reporte preliminar, en coordinación con Gobierno del Estado, agregó.
El fenómeno meteorológico, que duró entre 5 y 10 minutos, también “dejó pelones” a millares de árboles frutales, entre ellos, duraznos, membrillos, manzanos, perales, ciruelos, higueras, chabacanos, nogales y otros, además de afectar plantas de maíz, trigo y alfalfa.
La granizada también dañó varios techos de viviendas, rompió y estrelló cristales de vehículos y echó a perder techos de invernaderos.
En la zona, los ejidatarios reportan decenas de miles de pesos en pérdidas por los cultivos arruinados y retiran de los surcos los frutos y plantas destrozadas, mientras plantan semillas nuevas para reiniciar.
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