El campo mexicano compite en condiciones de desigualdad ante otros mercados, ya que no se le permite acceder a las nuevas tecnologías que ya utilizan otras naciones, aseveró el vicepresidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Vicente Gómez Cobo.
Resaltó que a diferencia de otros sectores que están teniendo un desarrollo impresionante en el país como el automotriz o el aeronáutico, el agropecuario está perdiendo competitividad, porque no se le permite acceder a la tecnología y los nuevos avances que si emplean otros mercados, como es el caso de la biotecnología.
“México está perdiendo competitividad, hay tecnología y no se puede emplear, no nos dan esa oportunidad de tener las tecnologías como a otros sectores y no hay una compensación o esquemas que permitan que los agricultores y ganaderos desarrollen con éxito su actividad”, enfatizó en entrevista con Notimex.
Gómez Cobo, quien busca la presidencia del CNA, resaltó que a pesar de que es una actividad prioritaria para el país, el campo compite de manera desigual, y debe producir el 75 por ciento de lo que comemos.
Hay productos como la soya donde no se produce ni el 5.0 por ciento de lo que se consume en el país, en el caso de la leche alcanza el 70 por ciento, pero en promedio, México produce entre el 60 y el 75 por ciento de lo que consumimos los mexicanos, enfatizó.
El también presidente de la Federación Mexicana de Lechería (FEMELECHE) sostuvo que existe un riesgo en este sentido, y por eso es importante fomentar una mayor inversión en el campo mexicano, para lo cual se requiere una formalización adecuada, además de incentivos económicos y fiscales para que la inversión tenga una rentabilidad similar a la que hay en otros sectores.
Y es que, ante la apertura comercial y de mercado, los inversionistas pueden escoger cualquier lugar del mundo para invertir. “Si no hacemos atractivo el sector agropecuario, las inversiones se van a ir a otros sectores u otros países”, alertó Gómez Cobo.
Por ello, el candidato a la dirigencia del Consejo Nacional Agropecuario llamó a todos los sectores, incluido el poder legislativo, a trabajar en mesas formales sobre el uso de transgénicos en el país, pues el costo de no utilizarlos es muy alto para la sociedad.
“El diferencial de producir un grano tradicional a un grano genéticamente modificado es de 500 a mil pesos por tonelada, es el costo que tiene que absorver un productor mexicano y no hay una compensación, está compitiendo con alguien que si tiene esa tecnología”, lamentó el también presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPLE).
