Jalisco.- José Luis Medina Ochoa es un agricultor de Ahualulco de Mercado que dejó de sembrar maíz para aventurarse en el negocio de las berries. Su propiedad son tres hectáreas de arándano que se comercializan en Estados Unidos.
Como él, unos mil 600 productores que llegan a emplear hasta 35 mil personas en las cosechas comenzaron a reconvertir sus cultivos para aprovechar el auge de las berries.
Esto lo informó el director de Hortofrutícola de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), Fernando Antonio Nava Aguilar, quien agregó que “todos los campos de berries son cultivos nuevos. Hay una reconversión del maíz y de la caña, principalmente, en los municipios de Tamazula, Ameca, Tala, Tlajomulco, El Arenal y Ciudad Guzmán”.
El promedio de hectáreas de cada producto son tres, y el nivel de inversión por cada una de ellas promedia en un millón 300 mil pesos. Esto supone un alto nivel de especialización y profesionalización.
El caso de José Luis es emblemático, porque él dejó de sembrar maíz y, aunque se tuvo que endeudar para invertir en la reconversión del cultivo, el acompañamiento que tuvo de la Secretaría de Desarrollo Rural y de los empresarios que compran su producto, es factor determinante para conseguir cosechas exitosas.
Las berries que se cultivan en Jalisco son cuatro: fresas, frambuesas, arándanos y zarzamoras. En los campos donde se producen, el personal se somete a procesos de seguridad, sanidad e inocuidad que permiten apreciar el proceso para que la selección del alimento sea con calidad de exportación.
“El crecimiento es muy alto en este momento. Sí podemos hablar de un boom de las berries porque tenemos un crecimiento de casi mil hectáreas por año. Los temas que se deben cuidar son la sanidad, inocuidad, el agua, los cursos y la capacitación que nos ayudan a conocer las restricciones para vender las berries en otros mercados”, señaló el director de Hortofrutícola de la Seder.
Ahora, la dependencia busca cuidar este boom, para que la cosecha esté garantizada en las ventanas, nombre que se da a las oportunidades que tiene un agricultor de exportar su producto en alguna época del año.
El proceso no es sencillo, se requiere de esfuerzo y disciplina para cosechar frutillas que puedan competir en calidad con las producidas en Estados Unidos, España o Chile, considerados como los principales países productores del mundo.
