El gobierno de Puebla ha cumplido su tarea en la promoción empresarial y de inversiones, principalmente en el área manufacturera así como lo concerniente al comercio, los servicios y el turismo.
El campo poblano requiere una reingeniería total, si seguimos haciendo lo mismo no podremos obtener resultados diferentes, lo que necesitamos es unir esfuerzos, productores del campo, inversionistas, instituciones académicas, así como de los gobiernos federal, estatal y municipales.
Los problemas tradicionales del campo los conocemos todos, el productor normalmente no puede llegar al consumidor y requiere de los intermediarios; las cosechas están sujetas a sequías, inundaciones, heladas y granizo que alteran su productividad y resultados.
Los cultivos tradicionales generalmente no son productivos, hablemos del maíz, mismo que en nuestro país tiene una bajísima productividad, mientras que en los Estados Unidos, por las condiciones del campo se cuenta con una elevadísima producción.
La inmensa mayoría de los productos del campo no son procesados y dependen de su caducidad y estacionalidad, por lo que a veces estos precios de mercado son inferiores a los costos de recolección y transporte, por lo que en ocasiones se voltea la producción al campo y se deja para que por lo menos sirva de abono.
La gran alternativa son las agroindustrias, empresas que procesan el producto y que cuidan todas las etapas de la producción para llegar al óptimo y que consiguen el mejor precio del mercado, ya sea el simple empaque y manejo del producto, hasta su transformación.
Tenemos el ejemplo de Jalisco, en donde productores, iniciativa privada y gobierno cerraron filas para un modelo verdaderamente exitoso de producción de berries. Uno recorre el campo de Jalisco y encuentra infinidad de espacios con invernaderos, con este fruto que ya cuenta con un mercado y un precio de garantía lo que hace una total diferencia.
En Puebla tenemos diversos productos susceptibles que profesionalizar en su comercialización. Por supuesto que está la flor que está teniendo excelentes resultados, pero también tenemos las hortalizas que procesadas tienen una extraordinaria demanda, principalmente en nuestro principal mercado, que son los Estados Unidos.
Pero es muy esperanzador los productos de transformación como es el aceite de aguacate, en mercados como el japonés tienen una gran demanda y que permiten al productor el aprovechamiento integral del producto, la estabilidad en el precio y la capacidad de obtener el mejor resultado.
Atlixco es la cuna del aguacate, que ha servido para que otros estados se conviertan en grandes productores, en Atlixco se ha dejado de cosechar este importantísimo producto por problemas de mercado, estás agroindustrias pueden transformarlo todo.
El estado de Puebla posee un espectro amplísimo de climas y composiciones de tierra, como para poder probar con diferentes alternativas, lo más importante es un estudio de mercado que determine qué productos tienen alternativa viable por su rentabilidad económica, así como por su intensiva mano de obra.
Tenemos agroindustrias con una grandísima capacidad de mano de obra, como son chiles la morena, que en su separación utiliza únicamente mano de obra, no la automatización, generando un importante número de empleos; mientras las Industrias manufactureras, por la automatización, aunque representen inversiones multimillonarias, son muy escasas en utilización de mano de obra. Por otro lado, las agroindustrias, desde su cosecha, su siembra y procesos, requieren de mano de obra, por lo que nuestra apuesta debe ser totalmente voltear al campo, como lo ha mencionado Antonio Gali Fayad, nuestro gobernador electo.
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