Morelia, Michoacán.- Michoacán cuenta con un potencial para aprovechar la floricultura, sobre todo en la selva baja caducifolia que se ubica en el extremo sureste, donde la lluvia “viste” a la madre naturaleza y popermite decorarla con paisajes más que bellos.
Pese a ello, solo unos cuantos productores han sabido aprovecharla y encontrar en ella una opción de negocio. Esto, pese a que la población gusta de la belleza de las flores ornamentales y por tanto suele buscarlas para regalarlas como símbolo de amor, amistad, agradecimiento, felicitación, entre otros.
Según datos de la secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (Sedrua) en el estado apenas existen 7 municipios con mayor producción de flores que son: Tarímbaro y Copándaro, que se dedican al cultivo de cempasúchil, nube y mano de león; Irimbo, Jungapeo, Tuxpan y Zitácuaro que producen gladiola y noche buena y Cuitzeo que genera lisianthus, delfina y perrito.
La superficie sembrada y cultivada de flores en la entidad durante el 2015 ascendió a las 669.5 hectáreas con una producción de 6 millones 159 mil 639 ejemplares que dijaron una derrama económica de 140 mil 232 pesos.
Guillermo Ramos Solorio, presidente de Ingenieros Agrónomos para el Desarrollo Rural de Michoacán (Inader) señala que la entidad cuenta con 6.2 millones de hectáreas, de las cuales en alrededor de 2 millones de hectáreas se destinan a las actividades agrícolas con más de 200 productos diferentes, de las cuales, apenas 700 hectáreas están orientados a la floricultura al aire libre como en viveros, por lo que refiere existe una gran oportunidad orientada sobre todo a un sector ordenado, disciplinado y responsable: las mujeres.
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