Modificación genética de semillas eleva producción y reduce gastos:EUA

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Autoridades y productores agrícolas de Estados Unidos de América defendieron el uso de la ingeniería genética (transgénica) para mejorar las semillas y lograr un mayor rendimiento de las cosechas.

Indicaron que la adición de genes -mediante la biotecnología- a las semillas para elevar el contenido de aceite, proteína o resistencia a herbicidas, entre otros, permite ahorros en la producción agrícola y aumenta sus ganancias en la venta.

En el marco de la Misión Agrícola “Sostenibilidad y Biotecnología”, organizada por el USSEC, destacaron que al tener una semilla modificada genéticamente se reducen de manera importante los controles de plagas, y el gasto en herbicidas es menor.

Un ejemplo del uso de semillas modificadas genéticamente es el cultivo de soya en Estados Unidos, líder mundial en la producción de este grano, seguido por Brasil y Argentina.

La Unión Americana produce anualmente 108 millones de toneladas métricas de este producto rico en aceite y proteína, precisó Jim Sutter, director general del Consejo Exportador de Soya de Estados Unidos (USSEC por sus siglas en inglés).

“De lo que aquí se cultiva de soya 95 por ciento es transgénica y la mitad de la producción se exporta, el otro cinco por ciento es soya orgánica y no nos quedamos con ella, esa se exporta a países como Japón que piden específicamente ese tipo de grano”, expresó.

Actualmente, expuso, hay un bajo consumo humano de soya, lo cual puede atribuirse a que las generaciones menos jóvenes se acostumbraron a consumir proteína en la carne y los lácteos y no se acostumbran al sabor de este grano.

A su vez, John Turner, director de Evaluación de Riesgos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), subrayó que a 30 años de regulación de los llamados transgénicos en este país, los productores han realizado más de 100 mil estudios de campo.

Hasta el momento, agregó no hay indicios de un potencial daño para el ambiente que pudieran afectar cultivos orgánicos, y tampoco para el consumo animal ni humano.

Precisó que los ensayos de campo deben realizarlos los agricultores, ya que las autoridades reguladoras solo evalúan la información y se ha observado que los riesgos de impacto ambiental son los mismos con cultivos de ingeniería genética que los de técnica tradicional.

NTX

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